Y esta primavera… el agua se salió de madre

Hace unos días hablando con una responsable política salió a colación la reducción de los apoyos en los estudios sobre Segovia tras la desaparición de la Obra Social de Caja Segovia. Recordamos cómo antes de la crisis existían multitud de convocatorias para realizar estudios de muy diversas temáticas: Becas de Investigación, Becas de Medio Ambiente… Casi todos los segovianos tenemos en nuestras casas una amplia colección de publicaciones editadas por la Obra Social. Además, se realizaban multitud de programas educativos para escolares por muchos puntos de la provincia, los famosos «Itinerarios con Encanto», que nosotros tuvimos la suerte de ejecutar durante varios años con bastante éxito.

Hoy se echa mucho de menos aquella efervescencia de actividades: exposiciones, ciclos de conferencias, excursiones, tertulias, presentaciones de libros… La «competencia» se quedó con muchos de sus clientes pero no con aquella filosofía de promover el estudio del terruño apoyando a los investigadores locales y la dinamización cultural del medio rural. Una lástima…

Alguno de esos estudios que fueron premiados, (en este caso va a cumplir este mes de junio 14 años), sigue vivo hoy día y con total vigencia. Comenzó, en principio, con la pretensión de poner en valor los recorridos e importante función medioambiental de cinco caceras de la provincia de Segovia. En ella esbozábamos también la interesante cultura asociada al agua en nuestros pueblos serranos. Su título: «Caceras de la provincia de Segovia: un recorrido por la tradición».

Diez años separan estas dos informaciones

Tras la publicación de aquel libro, muchas personas se pusieron en contacto con nosotros para que fuéramos a visitarles y contarnos muchas cosas alrededor del agua en sus pueblos. Poco a poco, muy poco a poco, en los momentos en los que nuestro trabajo nos permitía, fuimos investigando y haciendo entrevistas a la última generación que vio estos sistemas en pleno funcionamiento, descubrimos el cultivo del lino de la mano de las últimas personas que lo cultivaron en la provincia, nos enseñaron herramientas y recopilamos muchísima información documental histórica acerca de usos y costumbres del agua, agricultura y ganadería. Llegó también un proyecto de Cooperación Interterritorial «Caminos de Agua y Biodiversidad: modelo de Desarrollo Sostenible del Medio Rural» financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, que se quedó en el primer año por falta de financiación posterior (la famosa «desaceleración económica») y una nueva beca de Caja Segovia con el título «Proyecto Charcas: microrreservas de anfibios y su utilidad para la educación ambiental», centrada en el estudio de las especies de anfibios que se reproducen en las antiguas pozas de lino.

La economía cayó en picado, pero no por ello nos desanimamos ni dejamos de investigar y buscar maneras de continuar. Fueron varias las administraciones y entidades donde buscamos financiación y en ninguna tuvieron a bien apoyar el proyecto.  ¿Dónde termina la persistencia y empieza la cabezonería? No lo sabemos, pero decidimos que si nadie quería apoyarlo, tendríamos que ser nosotros los que lo sacaríamos adelante. Y fuimos ahorrando poco a poco para poder editar un libro, hecho a nuestro gusto para, una vez amortizado, poder conseguir fondos para seguir investigando. Así, en diciembre del 2015, salió a la luz «Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama». La verdad es que no teníamos lugar donde presentarlo y fue Rubén García de Andrés, alcalde de Torrecaballeros, el que se ofreció a que fuera en el pueblo donde se hiciera oficial esta edición.

Creamos nuestra página de facebook «Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama» (de la que muchos sois seguidores) en la que no sólo hablamos de presentaciones o  de cómo va nuestro proyecto, si no también difundimos los valores de la cultura tradicional del agua y de denuncia o preocupación por los intentos de acabar con las caceras segovianas.

Y desde entonces (a día de hoy) han sido 67 las presentaciones que hemos realizado. Gracias a lo que hemos obtenido vendiendo libros, hemos podido hacer otras 21 entrevistas en audio (y ahora también en vídeo) y tenemos esperando a 23 personas para ser entrevistadas. Es un trabajo urgente el poder obtener sus testimonios, porque esa generación está desapareciendo rápidamente. Cuando vuelves a un pueblo en el que has tenido informantes para presentar el libro y esperas encontrarte con ellos para saludarles y te dicen que han fallecido, entra un gran pesar. Esta segunda fase la llamamos «Recuperando la memoria del agua»

En este tiempo se ha pasado a la acción, promoviendo y coordinando distintas hacenderas en Cabanillas y en Torrecaballeros. Tan interesante es rescatar los conocimientos, como recuperar las infraestructuras.

Hacendera en Cabanillas

Un punto importante en estos años ha sido tomar contacto con la Universidad de Granada y el profesor José María Martín Civantos, coordinador del proyecto MEMOLA que se ha encargado, entre otras cosas, de la recuperación de varias acequias en Sierra Nevada y con el que estamos intentamos colaborar en temas similares en la Sierra de Guadarrama. Para nosotros es un gran apoyo para seguir investigando por los ánimos que nos da y las ideas que nos aporta. Otro hito es que se hayan fijado en este trabajo nuestros profesores del Departamento de Ecología de la Facultad de Biología de la Complutense para tratarlo en algunas asignaturas y además realizar prácticas de campo con los alumnos.

Prácticas de campo con alumnos de biológicas en la Cacera del Cambrones

Este estudio también se ha internacionalizado con la asistencia a un Congreso Internacional sobre Usos Históricos del agua en Lisboa y del que se está elaborando una publicación en inglés. El enfoque dado al estudio sobre caceras segovianas llamó mucho la atención y se están estableciendo contactos y alianzas con alguna que otra universidad portuguesa.

También hemos pasado a la vertiente sur de Guadarrama, con el apoyo que hemos tenido siempre del Observatorio para la Conservación del Patrimonio de la Sierra de Guadarrama  y otras entidades que han visto el interés de este estudio.

Y este invierno y recién iniciada primavera, al igual que nuestros cauces, el proyecto se «ha salido de madre», es decir, se ha desbordado. Las reivindicaciones que hemos realizado en papel y en nuestras charlas se han trasladado a la opinión pública debido a decisiones que delatan la nula concienciación, intereses creados y falta de sensibilidad de aquellos que tienen el deber de hacer que el agua sea para todos y que se respeten los usos tradicionales que han generado paisajes, ecosistemas y que son, además, ejemplos fehacientes de una cultura muy arraigada que ha ido en beneficio del medio ambiente. Estas decisiones nos han hecho tomar partido para evitar la desaparición de estas importantes muestras de patrimonio cultural material e inmaterial.

Cacera del Cambrones

A la vez, hemos comenzado, gracias al Aula de Cultura Hontanar, la creación de una muestra fotográfica de los valores ambientales, culturales e históricos de las caceras. Una exposición fotográfica cuya primera parada ha sido, cómo no, Torrecaballeros. Esta exposición está abierta a todos aquellos colectivos o Ayuntamientos que lo soliciten y estamos ya cerrando fechas con algunos Ayuntamientos interesados.

Exposición en Torrecaballeros

Y no dejamos de investigar ni de recibir peticiones para «ser investigados». Lo urgente de la tarea, por lo dicho antes, de la desaparición a marchas forzadas de la última generación que utilizó a pleno rendimiento estas caceras y la falta de presupuesto (nadie se hace rico, salvo excepciones, escribiendo libros) ha hecho que hayamos iniciado en la vertiente madrileña un proyecto colaborativo de investigación de la cultura del agua. En la vertiente segoviana intentaremos cumplir con las peticiones  que tenemos (23 hasta el momento). Arcones, La Higuera, Tizneros, Valle de San Pedro, Navafría, La Salceda, Carrascal de La Cuesta, Ortigosa, Palazuelos, o Bernuy, son algunos de los lugares  de nuestra geografía donde tenemos previsto llegar en algún momento de este año para recoger testimonios.

Este proyecto colaborativo pretende que sean las personas que viven en los pueblos de la vertiente madrileña los que puedan colaborar de una forma activa en el estudio haciendo entrevistas a las personas mayores dentro de las posibilidades de cada uno. Nosotros coordinaremos y asesoraremos en las dudas que pudieran surgir y recopilaremos la información que se vaya mandando (archivos de audio,vídeo, fotográfico,documental…) y hacer en unos meses una reunión para ver y compartir experiencias. A la gente interesada le mandaremos el modelo de entrevista que tenemos elaborada (y que se puede adecuar a las características de cada pueblo) y luego según vayan obteniendo información y haciendo entrevistas se nos van enviando. Que sea la propia gente de las poblaciones la que recopile la información hará que no se pierda y también funcionará de vínculo afectivo con el medio y cultura local. De momento ya tenemos algunas personas que van a realizar esta labor en algunos puntos de la vertiente sur del Guadarrama.

Cacera en el Soto de Revenga

Este trabajo, si se mira entre líneas, no sólo intenta recuperar los conocimientos culturales tradicionales de nuestros mayores, también sirve para conocer cómo se gestionaba el territorio y cómo deberíamos gestionarlo si queremos conservarlo, más aún si gran parte del territorio está incluido en varias figuras de protección ambiental de índole europea, nacional y autonómica. La pérdida de estos usos supone la pérdida de paisajes y especies de flora y fauna.

Mientras tanto, en la medida de lo posible, seguiremos recorriendo la geografía serrana (y no serrana) hablando de caceras y cultura tradicional del agua. Son algunas conferencias ya las que hemos dado y algunas más que nos quedan en distintos foros. Una ardua tarea que creemos va teniendo sus frutos y que los seguirá teniendo. Nos queda mucha cuerda.

En Galíndez

Limpieza de la cacera de Revenga

Son las 9:30 h de la mañana. En la plaza del Ayuntamiento de Revenga hay reunidos unos 40 vecinos que han ido llegando poco a poco para iniciar la limpieza de la cacera del pueblo que nace en el río Acebeda y que riega el preciado soto del pueblo. Los protagonistas van provistos de palas, azadones y alguna que otra motosierra.

El alcalde saca la lista de las personas que han de ir al trabajo comunal y los va nombrando uno a uno. Algunos no han podido asistir y son sustituidos por algún familiar. Hombres de todas las edades, unidos por el trabajo por el bien común, recorrerán esta mañana del 26 de marzo el vital cauce de agua que dará vida a las cercas y fresnedas durante la temporada de riego.

A las 9:30 se reúnen los vecinos para comenzar a limpiar

El grupo es dividido en dos por el alcalde. Uno irá desde el pueblo siguiendo el canal hacia arriba y el otro irá desde la zona alta hacia abajo. Es este segundo grupo el que tendrá que hacer un mayor trabajo retirando y cortando los pinos y robles caídos al cauce durante el invierno y que provocan la rotura del canal.

Unos días antes, se han reunido para limpiar y «aclarar» las caceras y regueros que van a distribuir el agua por el soto y las cercas, una labor necesaria para que el trabajo que van a realizar hoy, dé buenos frutos. A estas limpiezas están obligados a ir los ganaderos, los propietarios de cercas y las personas que quieran tener suertes de leña.

Comenzamos el recorrido junto a la Nacional 603 y, siguiendo el cauce, se va repasando la cacera limpiando bien el cauce con palas y azadas. Además, se llevan sacos para ir quitando otros desperdicios ajenos al discurrir del agua: latas, botellas, plásticos…

Comenzando a limpiar la cacera

Charlando

La cacera se divide en tres ramales, que se llaman Cacera del Pasadero, Cacera de San Roque y Cacera de Santa María. Cada una de ellas riega una parte del término. Cuatro días a la semana se riegan las cercas particulares y tres días las municipales. Para ello hay una persona responsable que dirige el agua por donde tiene que ir. Antiguamente no había tiempo limitado de riego por parcela, pero ahora sí que cada cerca tiene un tiempo estipulado.

Entre conversación y conversación, terminamos llegando a una zona donde la cacera se rompe con cierta facilidad. Con piedras y céspedes se va rehaciendo el muro. Unos peones van cogiendo el césped y otros lo transportan para ir construyendo la retención. En otros tramos se disponen sacos llenos de tierra que de un año para otro hay que ir renovando. La intención es poder hacer unas estructuras más estables, como paredes de hormigón para evitar las pérdidas de agua y ahorrarse tanto mantenimiento.

Reforzando la cacera con piedras y césped

 

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Unos metros por encima de la cacera de Revenga discurren la cacera del acueducto y la de Hontoria. La relación con las autoridades de la ciudad de Segovia no siempre fue buena. En las Ordenanzas del acueducto de la Reina Doña Juana de 1505 se inserta una provisión de Enrique IV del año 1449, siendo aún príncipe y en ella se habla de las caceras de Revenga y Hontoria de la siguiente manera:

«Lo quinto: por cuanto yo soy informado, é se halla que los dichos concejos de Ontoria é Revenga tienen dos caceras que salen del dicho Riofrio, é van debajo de la dicha cacera real , é por causa de ellas se han hecho en la dicha cacera real muchas quebradas é buhardas por llevar el agua de lo de la dicha cacera real á las dichas sus caceras, é se aprovechan del agua de ella, diciendo que no gozan sino del agua de las vertiente de la dicha cacera; é aun que echaban piedras en la dicha cacera á fin de que el agua que por ella venia se vertiese, é se fuese por sus caceras, que por grandes imposiciones de penas, no se podian escusar de la tomar, quebrantar y hacer daño en la dicha cacera real, y en les quitar el agua á los dichos concejos del dicho Riofrio, sin les dar agua de otra parte para sus menesteres é provision, que sería gran daño e despoblamiento de los dichos lugares: é queriendo en todo proveer é remediar, quiero, y es mi voluntad, que los dichos concejos de Ontoria é Revenga, ni los vecinos é moradores de ellos, de aqui adelante para siempre jamas no tomen ni se aprovechen de agua alguna de dicho Riofrio, ni los dichos concejos, ni algunos de ellos, ni otras personas de cualquier estado, condicion, preeminencia é dignidad que sean, de allí adelante en ningun tiempo ni puedan tomar, ni tomen, ni se aprovechar, ni aprovechen de agua alguna de la dicha cacera real, ni hacer quebradas, ni buhardas, ni en una presa, que es mi merced que en cabo de la dicha cacera se haga, so las penas en las dichas cartas del dicho rey mi señor, é mi padre, é mia contenidas. e que la dicha agua de la dicha cacera quede toda libre y exenta para la dicha mi cibdad, é para mi Alcazar, é para los pilares eé pozos, é para las otras cosas que menester fuere, segun que en las cartas del dicho Rey mi señor y mia se contiene. E porque los dichos concejos de Ontoria é de Revenga hayan é tomen para sus menesteres é proveimiento del agua que viene al dicho Riofrio por el arroyo que dicen de Navatejeda, é lo pasen por canales por encima del dicho Riofrio, é lo pongan, é guien por las dichas sus caceras, é se aprovechen de ello de aquí adelante para siempre jamas, é hagan de ello lo que quisieren como de cosa suya. Y por cuanto soy informado, por informacion que los del dicho mi consejo hobieron, que á ninguna persona viene perjuicio, é si algun perjuicio viniere, yo le recibo en mi para conoser de ello, é hacer lo que con derecho debiere; é mando, é quiero, é tengo por bien que la dicha cibdad, ni otros concejos, ni personas singulares no perturben á los dichos concejos de Ontoria é de Revenga la dicha agua del dicho arroyo de Navatejeda, por cuanto se lo doy en enmienda del agua que ellos habian de llevar del dicho Riofrio, por nueva merced que yo les fago de ello, sopena de dos mil maravedis a cada uno que lo contrario hiciere para mi cámara».

Limpiando la cacera

No se tiene constancia de que se construyera un canal por encima del río ni cuál fue la solución adoptada. Lo que sí sabemos es la existencia de numerosas denuncias de los guardas de la cacera del acueducto sobre desvíos del agua a las caceras de Revenga y Hontoria.

Atravesamos al término de San Ildefonso, entrando en los Montes de Valsaín, entre jarales que van dificultando el paso por la cacera. Llegamos al cruce con el arroyo de Las Charcas y posteriormente con el de Valdeconejos, que aporta caudal a la cacera. A lo lejos ya vemos al grupo que viene desde las cercanías de la presa cacera abajo. Hay un grupo más avanzado, cortando troncos caídos al cauce y que utilizan para construir unos muros de contención, pues en esta zona la cacera también sufre bastante desgaste. Cacera arriba está la otra parte de este segundo grupo que está limpiando el canal de ramas, hojas, piedras…

Reforzando la cacera

 

Reforzando la cacera con troncos

 

Llega el momento de echar el agua y cuatro vecinos marchan hasta la presa para cumplir con la parte que pondrá el broche a esta jornada. Llegamos a la presa, construida con bloques de piedra y por la que rebasa el agua del río Riofrío. Ponen unos sacos y unos troncos y el agua comienza a desviarse por la cacera.

Echando el agua a la cacera

Una vez acabada la misión, en la cola del pantano, espera el refrigerio: cerveza, refrescos, pan, queso, chorizo… Con la charla animada, compartiendo los hechos más relevantes de la jornada, se termina la limpieza de la cacera madre.

Para dar por finalizada la limpieza de la cacera se termina almorzando

Con la construcción de la presa De Puente Alta, el aprovechamiento de las caceras de Revenga y Hontoria quedaron relegados a los meses de marzo a junio, siempre y cuando hubiera sobrante, es decir, la presa rebosara. En el momento que deja de existir sobrante, cesa el aprovechamiento de ambas caceras.

Lamentablemente, la cacera de Hontoria lleva bastantes años en desuso. Su cauce está roto en varios puntos y por ella ya no discurre el agua que regaba los prados y dehesas de este pueblo. Sin embargo, como vemos, la cacera de Revenga sigue viva y sus vecinos mantienen la costumbre de trabajar por el bien común no sólo de su pueblo, sino también del nuestro, conservando un lugar de gran belleza paisajística, cultural y ambiental como es el Soto de Revenga. Y esperamos que sea por muchos años.

La cacera de Revenga es necesaria para mantener el Soto

Agradecemos a Alfonso Nevado, alcalde de Revenga y a todos los vecinos participantes, su acogida el día de la limpieza y los testimonios recogidos, que nos servirán para continuar estudiando los usos tradicionales del agua en la Sierra de Guadarrama.

Soto de Revenga

 

Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama

El próximo día 19 de diciembre, a las 19:00 h, presentaremos en  el salón del Ayuntamiento de Torrecaballeros el libro «Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama», el resultado de 10 años de investigación sobre el uso tradicional del agua en la vertiente segoviana del Sistema Central.

Se trata de la primera publicación de nuestro sello editorial, incluido dentro de la colección «Conocer para Conservar», con la que queremos promover el respeto por el medio ambiente, la cultura y el patrimonio de nuestra provincia.

portada Ecos del Agua

Hace 10 años publicamos «Caceras de la provincia de Segovia: Un recorrido por la tradición». Aquel libro puso de manifiesto la necesidad de ahondar más en el tema y, a lo largo de todos estos años, poco a poco, a ratos, hemos ido recopilando más información testimonial y documental, a veces por impulso propio y otras por peticiones de particulares que han participado con entrevistas.

El resultado ha sido un volumen importante de información que ocupa varias carpetas y muchos archivos digitales. No sólo hemos ampliado la información sobre las Caceras y Comunidades de Aguas que se incluían en aquel libro, sino que también hemos obtenido documentación y noticias sobre la Cacera del Ceguilla y sobre las fuentes de Caballar.

 

 

caldera de los caruchos

«Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama» pretende seguir poniendo en valor estas vitales vías de agua, que han perdido sus importantes funciones en aras de un progreso a veces mal entendido y cuya recuperación debería ser prioritaria por parte, tanto de los vecinos de los pueblos, como por parte de las Administraciones competentes, más aún teniendo en cuenta que los territorios por donde discurren forman parte en su mayoría del Parque Nacional y Natural Sierra de Guadarrama.

A lo largo de 15 capítulos, se recorren los distintos aspectos estudiados: el origen, los lugares de reunión y la organización interna de las Juntas de Agua, los «guardianes» del agua, los trabajos comunales, la organización de los riegos, otros usos del agua, el cultivo del lino, la toponimia o la naturaleza que las rodea.

 

limpieza

Todo ello aderezado con las ilustraciones a acuarela, tinta y lápiz de Mar Pinillos y con un acabado de calidad, del que estamos muy contentos, con tapa dura, cosido a mano y con un papel de gramaje 145. El libro tiene un precio de 25 euros y la venta, en principio, será directa, en las distintas presentaciones que hagamos y a través de nuestro correo electrónico info@tenadadelmonte.es.

Es un proyecto que sigue abierto, pues nuestra intención es seguir estudiando y recopilando más información, no sólo de estas caceras, sino de las existentes a lo largo de la vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama por lo que, en la medida de nuestras posibilidades continuaremos esta labor de recuperación de la memoria del agua. Estaremos encantados de recibir información de particulares, Ayuntamientos u otras entidades que estén interesados en aportar sus conocimientos y documentación en esta labor.

De hecho, este trabajo no habría sido posible sin el concurso de todas aquellas personas que nos abrieron las puertas de sus recuerdos y sabiduría. Algunas, lamentablemente, ya no están con nosotros. Esto nos hace pensar en la urgencia de seguir recopilando información de una generación que se nos está yendo, que aún conoció la época en la que se observaban a rajatabla las ordenanzas y se trabajaba a la vieja usanza.

sapo corredor

Las caceras deben ser catalogadas, protegidas, conservadas y potenciadas. No son “sólo” restos casi milenarios o muestras de la cultura de nuestra tierra, de cooperación por el bien común, nacidas de la necesidad de regadío y supervivencia, sino también corredores ecológicos y generadoras de paisaje y de biodiversidad.

Esperamos que, si llega a vuestras manos esta publicación, hecha desde el cariño y respeto, disfrutéis al menos, tanto como lo hemos hecho nosotros, aprendiendo sobre la rica cultura y tradición de nuestros pueblos.

Os dejamos el vídeo de presentación del libro:

https://youtu.be/vBHVSkojEBg

 

 

El agua nos habla

Este año, coincidiendo con el décimo aniversario de la publicación de nuestro libro «Caceras de la provincia de Segovia: un recorrido por la tradición», ponemos en marcha un proyecto educativo llamado «El agua nos habla». Este título es muy ilustrativo de lo que pretendemos conseguir: poner en valor la cultura tradicional del agua en la vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama. Para ello, recorreremos tramos de 8 de las múltiples caceras existentes en nuestra sierra y mostraremos la riqueza ambiental, cultural, histórica y utilitaria de estas importantes vías de agua.

el agua nos habla

Parte importante de estos recorridos será la información que hemos obtenido recogiendo testimonios mediante entrevistas a la gente más mayor de los pueblos partícipes. Los mayores de nuestros pueblos son verdaderas bibliotecas ambulantes que guardan en su interior siglos de conocimientos transmitidos de generación en generación. Lamentablemente algunas de estas personas han desaparecido, pero al menos hemos podido recoger parte de ese saber.

También los distintos documentos históricos que hemos recopilado, las costumbres que se han mantenido a lo largo de siglos la biodiversidad que generan y los cambios que se han producido por el desuso en algunos tramos.

recopilando conocimientos

Comenzaremos el 14 de marzo con la que, cronológicamente, es la primera infraestructura de este tipo que se conserva: la cacera del acueducto. Entre otras muchas cosas, conoceremos los avatares que ha sufrido la conducción a lo largo de la historia, cómo se construyó y recorreremos los bellos parajes que atraviesa.

azud del acueducto

Continuaremos el 29 de marzo con la «hermana pequeña» de la cacera del acueducto, la cacera de Navalcaz, muy importante porque regó gran parte del piedemonte que se extiende desde La Granja a Segovia y cuyo sobrante forma el arroyo Clamores.

El 11 de abril recorreremos el piedemonte de la Tierra de Pedraza siguiendo el rastro de la cacera del río Ceguilla. Allí, donde se conservan excelentes dehesas de fresnos y prados cercados de vallas de piedra, comenzaremos a descubrir la cultura del lino, cultivo que duró hasta bien entrado el siglo XX y otras costumbres asociadas al uso comunal del agua.

El 25 de abril será protagonista la cacera de los arroyos Truchas y Pinar que aún hoy siguen limpiando y utilizando los vecinos de Torreval de San Pedro y Val de San Pedro. En los pinares de Navafría nace esta conducción que nos llevará en su recorrido a disfrutar de bellos paisajes y rincones.

La cacera de San Medel, vital durante siglos para los pueblos a los que abastece, se ha visto disminuida en sus funciones, pero conserva los dientes de reparto más grandes de todas las caceras segovianas. Su agua servía para refrescar a los ganados trashumantes, algunos de los cuales se esquilaban en los ranchos de esquileo como el de Cabanillas.

Los 12 dientes

El 30 de mayo, en la cacera del Cambrones, descubriremos por qué se la considera «el legado musulmán», disfrutando de un acontecimiento que se lleva celebrando desde al menos el año 1401. Un viaje al pasado a través de costumbres que se siguen conservando intactas.

La cacera del río Viejo será la protagonista el sábado 13 de junio. Conoceremos qué son las «calderas», dónde estaba el ancestral lugar de reunión y el importante patrimonio cultural que se conserva en los pueblos beneficiarios mientras atravesamos robledales y preciosos prados donde se mezclan sauces, fresnos y robles.

En la cacera del río Viejo

Terminaremos con Caballar, un pueblo algo más alejado de la sierra pero no por ello pobre en agua. De hecho, es el recurso más abundante que ha permitido, durante siglos, una riqueza importante para su población cultivando huertas gracias a su microclima especial.

En definitiva, queremos enseñar que el agua es mucho más que ese líquido que sale por el grifo cuando le abrimos, un objeto de consumo, si no que cuando se la deja libre, se la deja «hablar», no se pierde. Genera paisajes, diversidad cultural, histórica y ambiental, además del componente afectivo que ha tenido y tiene en la población local.

Esperamos conseguirlo. ¿Te apuntas?

hacendera en Torreval de San Pedro

Día de la Cacera Mayor del Cambrones

Último sábado del mes de mayo. A la salida del sol, tal y como dicta la costumbre antigua, el Alcalde de Cartas, junto con el resto de la Noble Junta de Cabezuelas (dos hombres de cada uno de los pueblos: Palazuelos, Tabanera del Monte, Trescasas, Sonsoto, San Cristóbal y La Lastrilla) se acercan al paraje denominado «La Madre», en término de Palazuelos de Eresma,  para cerrar la compuerta que deriva las aguas del río Cambrones hacia la cacera del mismo nombre. Es el día de la Cacera Mayor, en el que se ha de limpiar comunalmente el cauce de esta vital obra de ingeniería de origen medieval. Para ello, cada pueblo partícipe tiene a su cargo dos «quintos», que son tramos del curso cuya longitud está relacionada con la proporción de agua o «caces» que tiene cada uno.

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Tras cortar el agua, operación necesaria para que los vecinos de los pueblos beneficiarios puedan limpiar el cauce de restos de sedimentos, hojas, ramas, céspedes… , los miembros de la Noble Junta limpian un corto tramo de la cacera y almuerzan, para luego irse cada uno al quinto de sus pueblos. Tras este «quinto institucional», se encuentran los quintos de los pueblos, siguiendo este orden: Sonsoto, San Cristóbal, Trescasas, Tabanera, Palazuelos y La Lastrilla.

En el lugar donde empieza el quinto de un pueblo y empieza el del siguiente está marcado con una cruz y una media luna, que se cavan en la tierra con los azadones. Los peones del quinto que termina limpian la cacera hasta la altura de la cruz, después de pasar la media luna y los del quinto que comienza emprenden la tarea al nivel de ésta, pasan la cruz y siguen. Es decir, que el tramo que existe entre ambos símbolos lo limpian los dos pueblos. Es esta costumbre, la que lleva a pensar que la construcción de la cacera pueda provenir de la primera etapa de la repoblación de la provincia de Segovia, allá por el siglo XI y sería un símbolo de convivencia y colaboración entre hombres de las dos religiones. Esta hipótesis de la antigüedad de la cacera viene también respaldada por las primeras ordenanzas que se conservan, del año 1401, en las que se habla del uso inmemorial del agua y de una «costumbre antigua».

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OLYMPUS DIGITAL CAMERAVolviendo a la limpieza, lo primero que hacen los vecinos de cada pueblo cuando llegan a su quinto, es almorzar para tomar fuerzas. Tras el tentempié, es el momento de azadones, zarceros, garios y palas, herramientas necesarias para la tarea. El grupo se dirige al inicio del quinto y cavan la cruz. Los representantes en la Noble Junta son los que van mandando a los demás dónde y qué deben ir limpiando mientras recorren el tramo que les corresponde. De vez en cuando, en lugares estratégicos, los más mayores llevan la bota de vino a los trabajadores. Una vez llegado al final del quinto, se cava la media luna y vuelven al lugar de reunión para comer. Es el momento en el que los mayores recuerdan los viejos tiempos en la cacera, cómo «todos los vecinos del pueblo venían a la cacera, por lo menos los que valían para algo, a no ser por enfermedad«. «Hoy casi no viene nadie, como se ha entubado…«, «la gente nueva que ha venido a vivir al pueblo no sabe ni lo que es esto…» son lamentos que se suelen escuchar y con razón.

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Tras la charla animada, en todos los quintos se reza una oración, que viene por tradición oral y que no difiere mucho de unos pueblos a otros. Los peones se arrodillan y la persona de más edad es la que dirige el rezo. Una vez finalizada la oración, los presentes siguen hablando, bebiendo y jugando a las cartas, hasta que el agua vuelve a discurrir por la cacera cuando se abre de nuevo la presa, momento que marca la vuelta a casa.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAAl día siguiente de la Cacera Mayor, el Alcalde de Cartas y el resto de la Noble Junta de Cabezuelas van a revisar el estado de la limpieza de todos los quintos y tratar sobre los asuntos pendientes.

Esta tradición se lleva haciendo durante siglos y la gente originaria de los pueblos la sigue viviendo como una fiesta grande y ven como una obligación su mantenimiento. Forma parte de su cultura, heredada de generación en generación y apelan al conocimiento de la misma por parte de los «nuevos vecinos» para que se pueda mantener en el tiempo. Una bella muestra de trabajo en común para un beneficio común, algo olvidado desde hace años y que es necesario conocer para conservar.

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