Parece que fue ayer y ya han pasado diez años del momento en que dimos el pistoletazo de salida a esta aventura. Una década en la que, afortunadamente, hemos podido trabajar en aquello que nos apasiona: el estudio del patrimonio natural y cultural de nuestra tierra.Fue el año que presentamos el libro de nuestra segunda beca de medio ambiente de la Obra Social de Caja Segovia: «Caceras de la provincia de Segovia: un recorrido por la tradición», estudio que nos sirvió para abrirnos camino posteriormente.
Fue una decisión motivada por la falta de oportunidades de desarrollar nuestro trabajo como biólogos de otra manera. Y, después de todo el tiempo pasado, pensamos que ha sido la mejor opción a pesar de algunos sinsabores.Nuestra idea inicial, que hemos ido desarrollando a lo largo de los años, era promover el conocimiento de nuestro patrimonio natural y cultural, el medio rural y su difusión.
Desde el primer momento decidimos irnos a un pueblo, a vivir y desarrollar nuestro trabajo desde allí. El lugar elegido fue Cabanillas del Monte, a 8 Km de Segovia, cuna de los antepasados de Mar, y en el pajar que fue de sus bisabuelos Ciriaco y Dionisia, construimos nuestra casa rural «El mirador de la cigüeña» y nuestra vivienda. Un pueblo con apenas 50 habitantes, donde el tiempo se detiene, rodeado de prados con fresnos, vallas de piedra y preciosas vistas a la Sierra de Guadarrama.
Eran tiempos de vacas gordas, mucha demanda de turismo rural y poca oferta. Hoy día es totalmente al revés. De 160 casas rurales, hemos pasado a más de 500, más otro tipos de alojamientos que luchar de cualquier manera por conseguir atraer visitantes.
El turismo rural era y es uno de los pilares en los que se basa nuestro proyecto. Una idea que se acerca al primigenio espíritu de huéspedes que no sólo buscan un alojamiento, si no que quieren algo más, como un bonito entorno, conocer el lugar que visitan, realizar actividades y vivir experiencias auténticas que les aporten algo diferente.
Pronto, y gracias a la publicación de las caceras, nos fueron llegando ofertas para trabajar en turismo y educación ambiental. Comenzamos con la entonces recién creada Empresa Municipal de Turismo de Segovia difundiendo y guiando la ruta de la cacera del acueducto y continuamos con la extinta Obra Social de Caja Segovia con la realización de rutas interpretativas con escolares de la provincia en ese mismo espacio. Una relación que continuó con diversos programas educativos hasta su desaparición en el 2012.
Eran tiempos de mucha carga de trabajo y muchos encargos: programas educativos, elaboración de folletos, rutas interpretativas por la provincia, charlas, proyectos… todavía recordamos épocas en las que llegamos a trabajar durante 11 días seguidos (incluyendo sábados y domingos), incluso doblando, por la mañana en un lugar y por la tarde en otro. Y entre medias, en la medida de lo posible, seguimos investigando sobre nuestra tierra visitando pueblos, hablando con los mayores recopilando la sabiduría popular: etnobotánica, usos tradicionales… sin olvidarnos de estudios sobre el patrimonio natural, como anfibios, aves, reptiles…
Y llegó la crisis. Con ella bajó, lógicamente, la carga de trabajo pero no dejaron de llegar encargos. Y como no hay mal que por bien no venga, esto nos ha permitido que podamos proponer y desarrollar actividades propias que antes nos era imposible llevar a cabo.
Diseñamos nuevos talleres y lanzamos nuevas actividades. Renovamos nuestra web y comenzamos con la difusión que, aunque limitada, poco a poco ha ido dando sus frutos. Entramos en el proyecto CERES ECOTUR, sin duda, la mejor decisión que hemos tomado: un proyecto con el que nos sentimos identificados de sostenibilidad en el sentido amplio de la palabra y con unos valores que encajan con nuestra filosofía. Fuimos la primera empresa de actividades en la naturaleza en España que consiguió el certificado europeo CERES-ECEAT de sostenibilidad. Al poco, la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, nos declaró Experiencia Ejemplar. Todo un empujón que nos animó a seguir adelante en esa línea.
Y en eso estamos. Lanzamos nuestro programa de rutas «Conocer para conservar» en las que recorremos la provincia de Segovia y disfrutamos con nuestro patrimonio natural, cultural e histórico. Y desde este pasado 2014, también salimos fuera de la provincia con rutas especiales en puentes o algún fin de semana.
Y este cambio no sólo se ha producido en las actividades. En nuestra casa rural hemos dado un giro hacia aquel turismo rural en el que siempre creímos. Aprovechando que Mar heredó la tradición ganadera de su familia, incluimos la visita a la explotación de ganado vacuno en extensivo en la que se introdujeron animales de raza autóctona avileña negra ibérica y en la que se puede participar en las labores de alimentación. Se ha iniciado la recuperación de la finca de 52 hectáreas donde pastan plantando árboles y arbustos autóctonos germinados y crecidos en nuestro pequeño vivero. Nuestros huéspedes pueden también participar ayudándonos en las plantaciones, una actividad ideal para niños.
Hemos añadido a las instalaciones una parcela de 4000 metros cuadrados donde tenemos nuestras gallinas de razas castellana negra y pita pinta asturiana y nuestro huerto ecológico que nos surte de verduras y hortalizas. Allí, los más pequeños pueden jugar sin peligro y los más mayores relajarse en el «espacio libre de estrés» bajo la sombra de un gran fresno.
Son muchas ya las personas que han visitado nuestro agroturismo y los huéspedes que se interesan cada vez más en otra forma de hacer turismo también han aumentado.
Y como es un año especial, hemos preparado un programa amplio de actividades. A las rutas del ya consolidado programa «Conocer para conservar», le hemos añadido el programa «El agua nos habla», 8 itinerarios en los que queremos difundir el saber tradicional vinculado al agua en la Sierra de Guadarrama que hemos recopilado en estos diez años. Una oportunidad única para disfrutar y conocer los paisajes del agua de nuestra provincia.
A esto hay que añadir las colaboraciones con otros organismos, instituciones, asociaciones y centros educativos que siguen creyendo en nuestro trabajo y a los que agradecemos la confianza puesta en nosotros.
Para culminar las celebraciones, en los próximos meses (esperemos no demorarnos mucho) tenemos prevista otra sorpresa de la que os iremos informando puntualmente y en la que hemos puesto todo nuestro esfuerzo y cariño para llevarla a cabo.
¿Y ahora qué? El balance de estos años es positivo y nos hemos sabido adaptar en mayor o menor medida a las nuevas circunstancias. Nuestra intención es seguir mejorando e innovando y esperamos que podamos seguir contando con vosotros. Porque sin vuestra participación, nuestro trabajo no tendría sentido. Y que sea, al menos, por otros 10 años.
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