Cuando el pasado diciembre de 2015 decidimos lanzarnos y publicar un libro que resumiera las investigaciones hechas durante 10 años, por nuestra cuenta y riesgo, sin ayuda de ningún tipo y además creando nuestro propio sello editorial, al que llamamos “Conocer para conservar”, quizás no éramos conscientes de dónde nos estábamos metiendo.
Si de algo estamos orgullosos es de la acogida por parte de la gente de los pueblos y del público en general. Estamos consiguiendo que se vaya formando una conciencia hacia la conservación y también hacia la recuperación de algunas de estas caceras, cuya particularidad es que son compartidas entre varios pueblos, algunas entre 16 localidades.
Los Departamentos de Ecología de las Facultades de Biología de la Universidad Complutense y de la Autónoma se han mostrado interesados en el estudio y nuestro trabajo e incluso el próximo año 2017 realizarán una práctica de campo sobre él. Asimismo estamos en contacto también con el proyecto europeo MEMOLA (Mediterranean Mountainous Landscapes en inglés o Paisajes montañosos mediterráneos, en castellano), dirigidos por la Universidad de Granada y que, entre otras muchas acciones, están recuperando acequias en Sierra Nevada y otros puntos del sur del continente europeo. También ha llamado la atención de Iniciativas Comunales, que reúne a más de 200 entidades que luchan por la defensa y el reconocimiento de los usos comunales y las áreas conservadas por Comunidades Locales en España. Se están buscando maneras de colaborar con algunas de estas instituciones y programas para poder trabajar en red e intercambiar información y metodología de trabajo.
A lo largo de este año hemos realizado 38 presentaciones, con cerca de 3000 Km recorridos, a un lado y al otro de la Sierra de Guadarrama, un periplo con un balance positivo. Alguien nos dijo que es un trabajo de profundidad, que poco a poco penetraría entre la gente. Y es algo que está ocurriendo, cosa que nos hace muy felices.
Como ya comentamos en otra ocasión, en las presentaciones algunas personas nos animan a seguir tirando del hilo, nos llaman para cedernos documentación, nos dicen quién nos puede dar más información o incluso nos han donado material. Además, han sido varios los pueblos que se han ofrecido a darnos documentación sobre sus caceras para una futura continuación del trabajo. Esto, unido al fallecimiento de algunos de nuestros informantes en menos de un año, hizo que nos planteáramos seriamente continuar la investigación. Se nos está yendo la última generación que conoció estos sistemas en pleno funcionamiento, además de conservar multitud de conocimientos que deben ser recopilados a la mayor brevedad posible. Lo más urgente es recopilar los testimonios de las personas mayores, que ahora rondan los 80-90 años y que, si no nos damos prisa, en dos años la mayor parte habrá desaparecido. De hecho, la tercera parte de nuestros informantes que han participado en este libro han fallecido. Además de grabar las entrevistas en audio, como en nuestra anterior investigación, también la estamos haciendo en vídeo, por lo que será también un proyecto videográfico.
Se va a financiar con las ventas del libro, por lo que estamos muy agradecidos a todas las personas e instituciones que con la compra de ejemplares han apoyado este proyecto de recuperación de nuestra memoria. Esperamos que alguna más se anime y con ello podamos dar un buen empujón a esta apasionante segunda parte de recuperación de saberes tradicionales.
Hasta ahora, con los recursos que ha generado el libro, hemos investigado en otros cuatro pueblos. En las nuevas entrevistas e investigaciones se nos están aportando datos nuevos y curiosos, como una piedra-reloj en Basardilla, que servía para señalar el momento en el que el pueblo debía tomar el agua, toponimia relacionada con las tradiciones de la limpieza de la cacera, nuevas labores caseras realizadas con el lino, más “libros de barrio”, donde se anotaban los sorteos del agua, quién regaba, las multas por no asistir a las caceras y muchos otros conocimientos que no habían sido recogidos hasta el momento.
Para difundir este proyecto estamos utilizando las Redes Sociales, principalmente la página de facebook https://www.facebook.com/ecosdelaguaenlasierradeguadarrama/ en la que vamos colgando vídeos y fotografías relacionadas con las investigaciones.
Tras las entrevistas a personas de La Salceda, Basardilla, Galíndez y Revenga, nuestros pasos irán hacia Navas de Riofrío, La Losa y Ortigosa. Recientemente se nos ha abierto la posibilidad de investigar la cacera de regantes del barrio de San Lorenzo. Además, tenemos en cartera la entrevista a varias personas en Carrascal de La Cuesta, La Salceda, Valle de San Pedro, Torreval de San Pedro y Navafría. Para nosotros es un reto poder llegar a toda esta gente y recuperar todos sus conocimientos. Además, tenemos pendiente la visita a algunos Ayuntamientos donde nos han comentado la existencia de nueva documentación. En definitiva, es un trabajo ingente el que tenemos por delante. Hemos editado un vídeo promocional que se puede encontrar en youtube con el título “Recuperando la memoria del agua”, para promocionar la segunda fase de nuestro proyecto https://www.youtube.com/watch?v=HkEIGO6Ac2Y
Para el 2017 tenemos previsto realizar rutas de senderismo interpretativas para dar a conocer algunas caceras y paisajes vinculados a las mismas y que servirán, además para obtener fondos para las investigaciones. También seguimos abiertos a presentar el libro en aquellos lugares en los que hasta ahora no ha sido posible hacerlo, a un lado y a otro de la Sierra de Guadarrama. Ya tenemos alguna propuesta que intentaremos cerrar en breve.
También pretendemos llegar poco a poco a los distintos centros educativos de los pueblos de la Sierra de Guadarrama para que conozcan sus raíces y su entorno, lo valoren y lo respeten, creando programas educativos alrededor de sus caceras. Para ello es fundamental la participación de las distintas AMPAS, con las que intentaremos ponernos en contacto. Ellas también pueden hacerlo con nosotros a través de nuestra página web o correo electrónico.
Nuestro objetivo final, además de recuperar los conocimientos relacionados con el agua en nuestra querida Sierra de Guadarrama, es el de volver a ver correr el agua por lugares por los que hace años que no lo hace. La recuperación de estas caceras debería ser prioritaria por parte, tanto de los vecinos de los pueblos como por parte de las Administraciones competentes, más aún teniendo en cuenta que los territorios por donde discurren forman parte en su mayoría del Parque Nacional y Natural Sierra de Guadarrama. Una manera lógica de gestionar esos ecosistemas protegidos es mediante las prácticas tradicionales que los han originado. La pérdida de caceras está produciendo la pérdida de diversidad.
Aprender de nuestros mayores charlando con ellos no tiene precio. Como decimos en el libro “El agua nos habla, sólo hay que saber escuchar”, y nuestra intención es seguir haciéndolo.
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