Historia de un edificio: el ecomuseo del pastor del agua

Como hemos comentado en más de una ocasión, el edificio donde se ubica nuestro ecomuseo tiene un pasado muy ligado a la actividad trashumante y lanera desde, al menos, el siglo XVIII. Aquí os contamos cómo hemos ido reuniendo las piezas del puzzle para intentar desentrañar la historia del edificio.

Hace unos 19 años, cuando adquirimos el pajar donde hoy se ubican nuestra casa rural El mirador de la cigüeña y nuestra vivienda (y oficina), que se hayan anexas al futuro ecomuseo no nos imaginábamos la historia que poco a poco hemos ido recomponiendo. Si en aquel momento hubiéramos sabido lo que hoy sabemos, las cosas quizás habrían sido diferentes en la restauración del edificio. Nuestra intención era respetar al menos parte de la estructura del mismo, pero no pudo ser así, ya que algunas paredes se encontraban en mal estado y hubo que derribarlas, rehaciéndose posteriormente respetando los materiales de la zona.

Vista de la Calle Cigüeña (antigua calle de la Iglesia) en el año 2003. A la izquierda, el primer edificio que sobresale es nuestro pajar, hoy casa rural y nuestra casa. El siguiente edificio, con la pared un poco más blanca, es el futuro ecomuseo.

Para cuando ya estaba iniciada la obra, recibimos una carta de la Junta de Castilla y León para hacer comprobaciones de la edad y estado del edificio de cara al valor de la compra venta, para lo cual tuvimos que presentar unas escrituras del año 1960 en las que se hablaba del pajar como un encerradero perteneciente a Ciriaco Pinillos Gil (el bisabuelo de Mar) por compra a Dª Ventura Contreras y López de Ayala, el 3 de febrero de 1920. Eso demostraba que el edificio tenía una cierta edad y el asunto quedó ahí, durmiendo durante unos cuantos años.

Vista del pajar antes de la rehabilitación en el año 2004. A la izquierda, el futuro Ecomuseo.

Terminamos las obras y en alguna conversación con los padres de Mar salió el tema del bisabuelo, su vida y de cómo fue adquiriendo diversas fincas, entre ellas el pajar donde tenemos nuestra casa. Ventura Contreras y López de Ayala, hija de Luis Antonio Contreras Thomé (7º Marqués de Lozoya) reunió las posesiones que la familia Lozoya tenía en Cabanillas, entre ellas el esquileo.

Fue pasando el tiempo y en 2020 se nos presentó la oportunidad de adquirir el edificio y corral anexos a nuestra casa, trámite que logramos hacer en enero de 2021. A partir de ese momento nos pusimos manos a la obra para diseñar el Ecomuseo del Pastor del Agua, un sueño de muchos años y que pretende convertirse en referencia de los estudios sobre la gestión tradicional del territorio, además de centro de actividades medioambientales y de promoción de la bioeconomía.

Este edificio también había sido usado como pajar durante muchos años y contaba también con un corral. Una de las primeras actuaciones que hicimos fue la de ir limpiando el interior, que contaba con una gran cantidad de hierba y paja acumulada, muchísimos sacos vacíos de pienso y multitud de residuos. También aparecieron trillos y diversas herramientas y objetos, algunos de los cuales se recuperarán para el nuevo espacio.

Más o menos limpio, cuatro elementos nos llamaron mucho la atención: las paredes interiores se parecían mucho a las del esquileo de Cabanillas, la presencia de una gran piedra que parecía la base de apoyo de un pilar muy parecida también a las del esquileo, el empedrado del suelo y la existencia de lo que parecía ser una puerta cegada formada por dos mochetas que entremezclaban ladrillo y piedra, similares a los edificios del siglo XVIII que tenemos por la zona.

Vista exterior de la puerta cegada, en la que se puede apreciar un pequeño ventanuco. En la base hay una gran piedra de granito alargada que se ubicará en el patio del ecomuseo.
Vista interior de la puerta cegada.
Suelo empedrado

Fue en este momento cuando nos comenzó a picar la curiosidad. Recordamos la compra del pajar del bisabuelo de Mar a la heredera del esquileo de Cabanillas y la descripción del edificio como encerradero. Con motivo de los trabajos para la recuperación de las pozas de lino de La Aldehuela consultamos el Catastro de la Ensenada de Torrecaballeros, municipio al que pertenece Cabanillas. Si eso era un encerradero y perteneció a los marqueses de Lozoya, este edificio debía formar parte del complejo lanero. Y, o bien pertenecía a los propietarios del esquileo en aquel entonces, D. Miguel Antonio de Dueñas, o bien a la persona que esquilaba allí, D. Gabriel de Herrera y Silva y que luego compró el mismo años después de la redacción del catastro (y cuyos descendientes emparentaron con los marqueses de Lozoya, pasando el edificio después a esta familia). El catastro de la Ensenada da noticias de los diferentes edificios pertenecientes a ambas personas. En el caso de Gabriel de Herrera y Silva aparece un corral junto a la iglesia, aunque por los linderos y medida no parece ser el que nos ocupa. D. Miguel Antonio de Dueñas tenía un encerradero también junto a la iglesia y según los linderos podría ser, aunque el tamaño no parece cuadrar con las actuales dimensiones.

Otros documentos que manejamos fueron los procedentes del Archivo de la Nobleza referentes al esquileo, de los fondos de Vivero. En ellos se encuentra la escritura de compra del esquileo y de los edificios anexos por parte de Gabriel de Herrera y Silva. En él no se habla de linderos para poder identificar la ubicación de las diferentes instalaciones de las que disponía. Sabemos que los herederos de D. Gabriel de Herrera y Silva hicieron compras de diversos edificios y prados en Cabanillas, engrosando la lista de bienes que ya de por sí tenían.

El edificio del ecomuseo antes del inicio de la rehabilitación.

Con estos indicios, no teníamos ninguna duda del origen del edificio, que se sumaban a las similitudes constructivas. Para terminar de salir de dudas, acudimos al Archivo Provincial de Segovia y acceder al protocolo notarial donde se encontraban las escrituras de compraventa del pajar por parte de Ventura Contreras y López de Ayala. Lo que nos encontramos nos sacó de todas dudas y nos arrojó muchas respuestas sobre Cabanillas. El 3 de febrero de 1920, Dª Ventura se deshace de varios edificios de Cabanillas, los que sus antepasados fueron reuniendo, ya que su situación económica no era la mejor. Y entre todas las ventas, ahí estaba la que correspondía a nuestra casa y al ecomuseo. Su descripción no dejaba lugar a la imaginación:

«Un encerradero en Cabanillas, Ayuntamiento de Torrecaballeros, en la calle de la Fuente, señalada con el número siete, con un corral y cerquilla de labor, mide el encerradero cuatrocientos treinta y seis metros, sesenta y tres centímetros y el corral y la cerquilla mil ciento catorce metros sesenta centímetros y todo ello mil quinientos cincuenta y un metros veinte centímetros y linda al frente plazuela o calle de la Fuente, derecha calle de la Iglesia, izquierda casa taberna del pueblo y espalda cerca de Julián Llorente».

El edificio se divide en cuatro partes iguales de 387 metros y ochenta centímetros cuadrados y se vende a cuatro vecinos del pueblo: Marcelino Sanz Herrero, Ciriaco Pinillos Gil (el bisabuelo de Mar), Pedro Llorente Llorente (la parte que será el ecomuseo) y Paulino Marcos Llorente. Posteriormente, entre los compradores hicieron las divisiones entre las distintas fincas en que quedó dividida la parcela inicial y que son las que existen en la actualidad.

Cerchas fabricadas con las vigas existentes en el edificio.

Llegados a este punto, en el que se demuestra la vinculación del ecomuseo con el esquileo de Cabanillas, nuestra idea es la de mantener en la medida de lo posible la esencia del edificio. Para ello se ha mantenido la mayor parte de las paredes originales, abriendo además la puerta ciega y manteniendo su estructura de piedra y ladrillo. Se ha restaurado el portón de entrada original, se reutilizarán las tejas del edificio y las que se tengan que reponer serán las procedentes del último tejar que hubo en funcionamiento en el pueblo de Melque de Cercos, al igual que los ladrillos macizos y las baldosas de barro que irán en los balcones. Las piedras de las que hemos hablado anteriormente se reubicarán en el corral-patio del ecomuseo, las impresionantes vigas de madera que soportaban el edificio se han reconvertido en las cerchas que sujetarán el tejado y el revoco de las paredes de piedra será, en la medida de lo posible, de cal, tal y como estaban revocadas antiguamente.

No está siendo fácil el proceso de rehabilitación, pero poco a poco vamos avanzando. Para el mes de marzo tenemos preparada una muy buena noticia de la que os daremos cuenta. Si os ha gustado esta entrada y queréis colaborar con la creación del ecomuseo, con una donación o compra, podéis hacerlo en esta página: https://www.ecomuseoelpastordelagua.es/tienda

El legado del agua en la Cacera del Cambrones: la toponimia.

La Cacera del Cambrones, formada en la actualidad por los pueblos de Trescasas, Sonsoto, Palazuelos, Tabanera, San Cristóbal y La Lastrilla es, sin duda alguna, una de las que «más solera» tiene de las existentes en la vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama. Este fin de semana, el sábado 30 de mayo, precisamente, se tendría que haber celebrado el día grande de esta cacera, el Día de la Cacera Mayor, la limpieza comunal de La Cacera Madre (aquí tenéis el artículo que hicimos en el 2013: https://escueladenaturalistas.com/2013/05/27/dia-de-la-cacera-mayor-del-cambrones/

Del año 1401 son sus ordenanzas más antiguas conservadas, en las que se habla de una costumbre antigua. En ellas se habla de las razones por las que se redactan: «porque sepan todos los omes del mundo que agora son e seran de aqui adelante como e en que manera an de usar entre si el agua que viene por la cabcera de rio Cambrones termino de la cibdad de Segovia para regar los linos e prados e otras cosas que con la dicha agua se suele e de cuia e pertenencia regar y para todos los aprovechamientos que de la dicha agua se devian aprovechar comunmente en las aldeas de Palazuelos e de Tabanera del Monte e de Sonsoto e de Trescasas e de San Chriptobal con Aragoneses e de Ojalvilla […]«.

Traslado de las Ordenanzas de 1401

En este apartado se nos habla de dos elementos del paisaje que han permanecido en estos pueblos hasta los años del «boom» del ladrillo, que desconfiguró totalmente la estructura de los pueblos y sus alrededores. Muchos habrán conocido aún los prados cercados con buenos ejemplares de fresnos o de álamos que aquí y allá salpicaban las poblaciones y los linares cultivados, eso sí, ya de patatas y no de la planta que les dio nombre y que tan importante fue en las localidades durante muchos siglos. Hoy la mayor parte de estos suelos, los más productivos, han sido urbanizados. Una costumbre, urbanizar los mejores suelos, que no es exclusivo de nuestra provincia, pero que denota una falta absoluta de planificación.

Durante unos cuantos meses hemos estado en el Archivo Histórico Provincial, consultando los libros del Catastro de la Ensenada de mediados del siglo XVIII para recopilar la toponimia de cada uno de los pueblos en los que tenemos documentados caceras, desde Otero de Herreros hasta Grado del Pico. Esta toponimia de regadío recogida, pueblo por pueblo, será uno de los capítulos del libro sobre el lino que pretendemos publicar el año que viene casi por estas fechas.

Junto al antiguo despoblado de Aragoneses

La lectura de la descripción de cada uno de los linares, prados cercados, abiertos, tierras de labor… te traslada a esa época y a imaginar cómo serían nuestros pueblos y el cambio tan brutal en el paisaje en los últimos 40 años, puesto que no fue hasta los años 80 cuando las localidades protagonistas de esta entrada no comenzaron a cambiar tan profundamente. Una tarea que se podría hacer (lanzamos el guante por si alguien quiere colaborar) es usar mapas antiguos del pueblo y del término para poder ubicar muchos de estos prados, tierras y linares apoyándose en la gente mayor que aún recuerda cómo eran los pueblos.

Tomando como referencia el citado Catastro de la Ensenada, a continuación enumeramos los nombres de los linares y prados de regadío de cada uno de los pueblos pertenecientes a la Cacera del Cambrones. En el caso de La Lastrilla, no se dice nada más que se regaba una dehesa boyal. Nosotros, en otras publicaciones, hemos encontrado el nombre de algún linar, ubicado, precisamente, en la zona llamada «Ojalvilla». Hay que tener en cuenta, en lo que se refiere a las superficies de los términos municipales, que en Palazuelos, Tabanera, Sonsoto y Trescasas, la parte situada por encima de la carretera de La Granja a Torrecaballeros, pertenecía a la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia y no se consideraba dentro de los límites administrativos de los términos municipales, aunque estuvieran ubicados en los mismos. Hemos de tener en cuenta que la elaboración del Catastro de la Ensenada tenía un fin fiscal, por lo que en algunos casos se omitía información. Aún así, es la herramienta más detallada para conocer cómo se explotaba el territorio en el siglo XVIII.

TRESCASAS

A mediados del siglo XVIII, la superficie del término era de 483 obradas, algo más de 193 hectáreas. De ellas, se regaban unas 223 obradas, un poco más del 46 %. De estas 223 obradas, unas 83 (algo más de 33 hectáreas) eran de linares y 140 (unas 56 hectáreas) de prados de regadío, muchos de ellos cercados de piedra. También sabemos por otros documentos, que en esa fecha, algunos linares se habían convertido en prados para la alimentación del ganado lanar que venía a esquilarse a los distintos esquileos del pueblo.

Algunos de los linares y prados de regadío se ubicaban en el propio casco, y el paraje no recibía ningún nombre concreto, y en algunos casos podemos adivinar más o menos su situación gracias a los linderos, algo que ocurre también en algunos otros pueblos protagonistas de esta entrada. Hay que recordar que, cuando se habla de la iglesia, se refiere al antiguo templo de origen románico dedicado a San Benito, que estaba situado donde se ubica en la actualidad el cementerio, la actual iglesia no estaba construida. Así pues, comenzamos con los nombres de parajes recopilados:

Linares: Camino de Segovia, Linar de la Yta, Linar de Plaza, los Espinillos, el Linar de las Dos Piernas, Barrial, Cerca López, Prado Redondo, caz de La Lastrilla, Berrocalejo, en el casco del lugar (lindando al sur y poniente con las eras), Vimbrera, la Cerquilla (lindando a oriente con el encerradero del esquileo de la Cartuja y sur con camino que va a Segovia), por bajo de la Cerquilla, La laguna, Calleja de la Iglesia, Rincón de la Cerca del Palomar, por bajo del Rincón de la Cerca del Palomar, la Zarza del Avenal, Bajada del Linar de la Yta, Eras del Barrio de Arriba, Calleja del Fraile, el Plantío, la Cerquilla del Conde, Cerca del Fraile, en el casco (entre la fragua y la iglesia) y Linar de Moya.

Prados de regadío: En algunos casos se hace referencia a si estaban cercados o no. Entre los cercados tenemos: Cerca del Mingote, Huerto de los Cepos, por encima del Huerto de los Cepos, calle pública de la iglesia, Prado Redondo, Prado de la Reina, el Barrial, el Fresno, el Charco Manantío, la Cerca Vieja, Cerca del Palomar,la Cerca de la Alberca, la Preturilla, Cerca de López, Pesquera, la Parramera y Bajada del Charco Manantío.

En el caso de los prados abiertos, había algunos situados en los mismos parajes que los cercados o, por lo menos, no se especifica: Cerca Vieja, Berrocalejo, Bajada del Caz, las Eras, Retamalejo, Moya, Zarza del Avenal, Prado Semeno, Cerquilla, Cerca de la Peña Gorda, Huerto de los Cepos, la Preturilla, Prado Nuevo, Charco Manantío, bajada del Charco Manantío, Bajada de la Preturilla, Chopo Bajero, junto al caz que baja de la iglesia, al Caz de la Iglesia, la Laguna, Linares del Fraile, la Parra, las Peñuelas, la Tierra del Tesoro, los Portillos, Cerca del Fraile, Encimada del Barrial, Portera de los Portillos y Rincón de la Fuente Antigua.

Como todo pueblo en el que se cultivaba el lino, existía un lugar conocido como «las pozas», donde se maceraba esta planta textil y cuyo lugar se conserva hoy con ese nombre, convertido en un parque de trazas modernas.

Una de las antiguas pozas de lino de Trescasas

SONSOTO

La superficie del término era de 634 obradas y media, casi 254 hectáreas. De ellas, se regaban unas 287 obradas,  un poco más del 45 %. De estas 223 obradas, unas 99 (casi 40 hectáreas) eran de linares y el resto (algo más de 75 hectáreas) de prados de regadío. Al igual que en Trescasas, hay que decir que la iglesia, dedicada a San Pedro, estaba situada en otro punto. Como en Trescasas, había una cerca dedicada a las pozas de lino, situada hoy por detrás de unos chalés y en estado de abandono.

Linares: Calleja de Segovia, la Cabra, Canal, Cerca Nueva, el Pico, Prado de las Azas, Bajada del Lomo, Linares del Camposanto, en el casco (lindando al Sur con corral del Concejo y al Norte con huerto del esquileo), en el casco en la calle que va a Trescasas, en el casco, con frutales, en el casco lindando con posesiones del esquileo, en el casco lindando con la cacera que va a los linares del Concejo, en el casco lindando con huerto cercado de la iglesia, el Lomo, el Linar del Moral, Linares de los Abades, los Ejidos, Linares Concejiles (Concejil), la Fragua, los Alamillos, la Onvieja, los ¿Treve?, Garonverta, Cagamesinos, Prado de Socasa, los Pradillos, Cerezuelo, Prado Sazes, Caz de San Cristóbal, la Peña, junto a la iglesia, Cerca Caída, Fuentillerto, Bajada de la Calleja, en el casco lindando al norte con las eras, el Rincón, el Vadillo, la Estevilla, los Espinillos, la Viguilla, la Paradeja, a la Iglesia, las Charcas, la Fuente Antigua, Pradillo de la Paradeja y el Camino Viejo de las Charcas.

Prados de regadío: Al igual que en el caso de los linares, nos encontramos con prados salpicando el disperso casco urbano, la mayor parte cercados de piedra: a la salida del lugar hasta Trescasas, lindando con la cacera que baja de las pozas, junto a las eras, en las eras lindando con la cacera que va la iglesia, por encima del esquileo, otro lindando al sur con la salida de las eras y Fuente Nueva. Otros prados cercados eran la Cerca Grande, la Cerca Nueva, en las Pozas, los Nabos, el Arroyo, prados de la Iglesia, en el Camino de Palazuelos, el Vadillo, el Palomar, los Perales, la Arroyada o la Cerca del Chantre.

Los prados abiertos de regadío se encontraban en la Fuente Antigua, la Orcajada, Prado de Dueña, Concejil, Fuentillerto, la Dehesa, la Asomadilla, Carramingos, Cerca de los Perales, la Paradeja, las Charcas, Prado de los Azes, Cerca de Peñafresno, La Alcabala, Los Abades, el linar del Moral, la Arroyada, los Espinillos, Cagamesinos, Cerca del Trigo, calleja de la Fuente Antigua, el Tomadero del Agua, la Onvieja, Prado de Socasa, Fuente Ojalva, de Doña Mónica, la Solana de la Onvieja y la Presa de la Alcabala.

TABANERA

La superficie del término era de 738 obradas y media, poco más de 295 hectáreas. De ellas, se regaban unas 152 obradas, un poco más del 20 %. De estas 152 obradas, unas 62 (casi 25 hectáreas) eran de linares y el resto (36 hectáreas) de prados de regadío.

Linares: Como en la mayoría de estos pueblos, los linares se encontraban en las cercanías, cuando no dentro, del núcleo habitado. Así, algunos se encontraban cercados «de canto», como los situados en las Eras de Arriba, Las Huertas, Camino de La Granja (este con 10 álamos en su interior), los Pradillos, junto a la Iglesia, «como se sale a San Cristóbal» (uno de ellos con 20 álamos), en la Encimada o la Cerca Grande. Los otros linares del término se encontraban en el Pradejón, los Pozuelos, la Asomadilla, en el Camino de la Sierra, el Valle, los Alamillos, la Estivilla (o Estevilla), en las Eras de Abajo (las dividía el camino del Barrero), el Pedazo, en el camino de las Asomadilla, en la encimada de la Asomadilla, por encima de la Huerta, la Fuente del Juarro, el Barrero, La Sequera, la Zarza del Gabejón, Colladillo y por debajo del Pradejón.

Prados de regadío: Estos prados que, como hemos dicho, ocupaban alrededor de 36 hectáreas, se ubicaban en los siguientes parajes: Estivilla (o Estevilla), el Valle, el Turmal, la Calada, la Asomadilla, las Saleguillas, los Regajales, la Pradera del Carril, el camino del Carril, junto a la iglesia, por debajo del Nido de la Cigüeña, Camino de Sonsoto, Cerca Grande, Prados de la Iglesia, Vereda de Segovia, Veredilla de San Cristóbal, los Barreros, la bajada de los Regajales, el Juarro, el Cañuelo, la Cerrada, Fuente del Palomar, el Pradejón y la Cerca de la Lámpara.

Testimonio del cultivo del lino (además de los topónimos) es la existencia aún hoy de un paraje denominado las pozas.

Los Cepos de reparto entre Palazuelos y Tabanera

PALAZUELOS

El término de Palazuelos tiene la particularidad de estar dividido en dos por el río Eresma. Los terrenos situados a la orilla derecha de este río forman parte del área de riego de la Cacera del Cambrones, mientras que los ubicados en la orilla izquierda están regados por la Cacera de Navalcaz. En el Catastro de la Ensenada estos últimos eran los pertenecientes al despoblado de Pellejeros y a la Dehesa de Aldeanueva (hoy día perteneciente al término de Revenga- Segovia). En el siglo XVIII, se regaban 42 obradas (casi 17 hectáreas) de linares. Las cifras de prados de regadío en el lado de la Cacera del Cambrones es un poco confuso, así que no los aportamos, pero sí el nombre de los mismos. El topónimo de las «Pozas» sigue vigente en el término, un poco por encima del casco urbano actual.

Linares:  Algunos salpicaban el casco urbano de la población, descritos como «al medio del lugar», o «junto a la carnicería». El resto de parajes son: detrás de la Iglesia, el Sequedal, la Ermita de San Antonio, el Pradejón, la Cerca de los Álamos, la Cerca del Chopo, la Fuente del Chopo, la Cerca de la Aldigüela, el Humilladero, la Charca, el Linar de la Pila, la Cerca del Caño, las Eras, las Zarzas, el Corralón, las Longueras, el Melgar, el Pradejón, el Maello, la Calleja de la Iglesia, el Pajarón y la Calleja de las Eras. En un documento de Venta de Bienes Nacionales de 1907, se venden el Linar de Doña Ana y el Linar de San Blas, situado junto al cementerio.

Prados de regadío:

Son numerosos los topónimos de prados: la Encimada del Hoyo, los Eriales de Arriba, los Eriales, la Charca, la Carnicería, las Pasaderas, Vereda de Sonsoto, el Hoyo, por debajo del Hoyo, por debajo de los Eriales,los Postigos, las Pozuelas, Las Pozas, la Bajada del Hoyo, la Estevilla, el Rabanal, la Fuente de la Cigüeña,el Escandanchal, el Nuevo Plantío, la Cerca del Huerto, el Gamonal, la Cerca de Blanca Flor, la Cerca del Sotillo, la Cañadilla, la Vega, la Gradavera, Las Chorreras, junto a la Iglesia, la Canaliza, la Bajada del Escandanchal, La Longuera, Cerca del Chopo, Prados de Arriba, Cerca de las Zarzas, Cerca de las Eras, el Recogedero, El Sequedal, el Venajo de la Huerta y la Vereda de Tabanera.

SAN CRISTÓBAL

En el siglo XVIII, tanto San Cristóbal como La Lastrilla eran considerados arrabales de la ciudad de Segovia. Su superficie era de 884 obradas (casi 354 hectáreas), de las que se regaban 192 obradas (más del 21 % de la superficie). De estas, 65 obradas (26 hectáreas) eran de linares, mientras que el resto (casi 51 hectáreas) eran de prados de regadío. También se conserva el topónimo de las Pozas, hoy abandonadas y desdibujadas. Es el único pueblo de los pertenecientes a la Noble Junta de Cabezuelas que incorpora en su escudo la flor de lino.

Linares: El Ranal, el Cercado de las Pozas, la Rozuela, el Cañuelo, los Fresnos, el Valle, el Berrocal, bajada de Prado Socasa, Canto Blanco, detrás de los Cercados, Barrial de Prado Socasa, Cercado de la Hoz, Cerradillas, los Barreros, Pradillo del Valle, Prado Socasa, Huerto de Barros, Corral Grande, Huerta Grande, Huerta Chica, Puentecilla, Vereda de Tabanera, las Eras, La Huerta, el Calderón, Calle de la Iglesia, Rincón de los Fresnos, las Charcas y la Vereda del Otero.

Prados de regadío: Como en todos los pueblos, existían prados de regadío cercados y abiertos. Entre los primeros nos los encontramos en la Ladera de Enmedio, la Vetuela (¿?), Regajales, las Tejoneras, el Ajustadero, Savedra, Monago, los Álamos, Calle de la Iglesia, Prado O Casa y Fresneda. Los abiertos se ubicaban en el Camino de Segovia, Prado Pellón Grande, Prado Pellón Chico, Cerca del Pozo, Fresnera, la Rozuela, Aldigüelas, el Valle, Fuente del Valle, Corredores, el Calderón, la Angostadura, las Zarzas, los Navales, Calle de la Iglesia, la Cerquilla, la Dehesa, Prado de los Zaces, Prado del Fresno, la Encimada, el Berrocal, enmedio del Valle, la Encimada de Corredores, la Bajada de Corredores, enmedio de Corredores, la Bajada del Calderón, la Fuente de la Bajada de Calderón, la Encimada de Calderón, la Laguna de Calderón, Prados, la Rozuela y el camino de Espirdo.

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Pozas de lino en San Cristóbal

LA LASTRILLA

De las 2290 obradas del término municipal (916 hectáreas), en el Catastro de la Ensenada tan sólo se refieren como de regadío 42 obradas (casi 17 hectáreas), de dehesa boyal. Es decir, menos del 2%. En el Catastro no se hace referencia a los nombres de los parajes que se regaban pero, sin duda alguna, estaban en el lugar que ocupaba la pequeña aldea de Ojalvilla, que aparece en las ordenanzas de 1401. ¿Se cultivó lino en Ojalvilla-La Lastrilla?. Por diversas fuentes y por la toponimia sabemos que sí.

María Asenjo González, en el obligado libro de consulta «Segovia. La Ciudad y su Tierra a fines el medievo», recoge la compra, el 13 de marzo de 1477, por parte de Alonso González de la Hoz de varias tierras y bienes en La Lastrilla, entre ellos dos fanegas de linar en Serracín, otras dos fanegas (sin determinar) y 1 fanega de linar por encima del Serracín. El mismo Alonso compra el 13 de enero de 1479 un linar con 4 fanegas de siembra en La Lastrilla donde dicen Ojoalvilla.

En el Catastro de la Ensenada perteneciente a San Cristóbal, se habla de ciertas tierras de secano que lindan con «las pozas de La Lastrilla», topónimo que aún hoy sigue vigente en la zona cercana donde se cree estuvo el poblado de Ojalvilla y en las cercanías del caz.

Aunque hoy (año 2020) nos puede resultar complicado imaginar el riego en determinadas zonas, hasta hace no mucho tiempo se regaba y se puede todavía observar el recorrido de los distintos ramales. Francisco Javier Mosácula María, en el libro «Historia económica y social de La Lastrilla» enumera los boquerones de reparto del agua en el año 1962: Boquerón de los Picones, de Fuente Maestro, del Puente de Maderas, Rehondo, Cacera Madre y Sestil.

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Solar del despoblado de Ojalvilla

Queremos que esta entrada sirva para dar a conocer la enorme riqueza toponímica de estos pueblos (aunque la aquí enumerada sólo sea la de regadío) y la necesidad de seguir recopilando los conocimientos y saberes tradicionales de nuestros mayores. Recogemos una cita de  Oppenheimer: «Sólo tiene futuro aquel que investiga en el pasado, porque investigando en el pasado, se puede re-descubrir el futuro«.

Os recordamos que todo este trabajo de recopilación (escrita y oral) es posible gracias a los fondos que obtenemos con la venta del libro  Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama

Nos puedes ayudar a seguir investigando con su compra o compartiendo el trabajo en Redes Sociales o entre amigos.

 

Referencias:

Archivo Histórico Provincial. Libros del Catastro de la Ensenada: Sonsoto (E-242), Trescasas (E-242), Tabanera (E-183), Palazuelos (E-183), San Cristóbal de Segovia (E-183) y La Lastrilla (E-137).

Asenjo González, M. (1986). «Segovia. La ciudad y su Tierra a fines del Medievo». Segovia

Mosácula María, F.J. (2008). «Historia económica y social de La Lastrilla». Ayuntamiento de La Lastrilla. Segovia.

 

Trampando el boquerón

Escribimos esta entrada pocas horas después de terminar nuestras últimas entrevistas dedicadas a conocer los entresijos del manejo tradicional del agua en la vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama y muy cerca de cumplir los 3 años del «reinicio» de la recuperación de los saberes tradicionales vinculados al uso de este recurso natural. Es momento, por tanto, de hacer un balance de estos años visitando y revisitando pueblos, hablando con los mayores, consultando algún que otro archivo, dando charlas y conferencias, promoviendo hacenderas y participando en pequeños proyectos de recuperación de caceras o elementos vinculados a ellas.

En Matandrino

Aunque esta historia comenzó hace la friolera de 15 años con una beca de la Obra Social de Caja Segovia titulada «Caceras de la provincia de Segovia: un recorrido por la tradición», en la que describimos los recorridos de 5 caceras y recogimos testimonios de personas que vivían y habían usado el agua de esas infraestructuras de origen (al menos) medieval, no ha sido hasta la publicación, a finales del 2015, de «Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama» cuando este proyecto ha dado un salto cualitativo y cuantitativo.

A lo largo del periodo «entrelibros» fueron varias las personas a las que entrevistamos, ya que se pusieron en contacto con nosotros para contarnos sus vivencias y conocimientos y, sobre todo, hablarnos del cultivo tradicional del lino, que nosotros habíamos dado por olvidado al creer que esa última generación que lo cultivó había desaparecido. Lógicamente, no fueron años de mucha intensidad recopilatoria, pero sí de gran calidad en cuanto a informaciones y pudimos ampliar conocimientos sobre otras dos caceras. Hubo un momento en el que se pudo haber realizado un extenso y pormenorizado estudio ambiental, cultural y etnográfico de muchas de las caceras presentes en el piedemonte de la vertiente segoviana, con el proyecto de cooperación interterritorial «Caminos de agua y biodiversidad: modelo de desarrollo rural sostenible», en el que fuimos actores principales, pero la llegada de la crisis hizo que sólo se pudieran dar los primeros pasos haciendo el diseño de investigaciones. Fue, además, cuando tuvimos la suerte de conocer a los profesionales que estaban trabajando en la recuperación de las acequias de careo de Sierra Nevada, proyecto del que siempre hemos tenido una sana envidia.

Basándonos en el diseño de investigaciones, elaborado por nosotros, hemos ido realizando nuestros propios estudios, entre ellos, el de otra beca de medio ambiente de Caja Segovia en el año 2009 (y publicada en el 2010) titulada «Proyecto charcas: microrreservas de anfibios y su utilidad para la educación ambiental» y en la que se estudiaban las comunidades de anfibios de dos zonas de pozas de lino. En ese mismo año 2010 recibimos en nuestra casa un libro que nos marcó en cuanto a formato y contenido: el «Manual del acequiero«, editado por la Junta de Andalucía y elaborado por los magníficos profesionales que habían trabajado en el proyecto de recuperación de acequias de Sierra Nevada.

Tras años presentando infructuosamente el proyecto de recuperación de saberes tradicionales a varias entidades para su posible financiación, llegó el año 2014 y decidimos embarcarnos en la redacción y elaboración del libro. En aquel momento teníamos 30 horas de grabaciones de muy buena calidad informativa y descriptiva, un elevado número de documentos históricos e incluso inventarios de flora y fauna de 7 caceras. Y como no hubo posibilidad de que alguien financiara o quisiera hacer frente a la edición del libro, decidimos embarcarnos en la aventura editorial.

El 16 de agosto del 2015 llevamos el material a imprenta: el resumen de gran parte de lo recogido en las investigaciones de todos esos años, un montón de acuarelas y dibujos en distintas técnicas realizados por Mar (ya en avanzado estado de gestación del pequeño Mateo). Además, no teníamos ni lugar de presentación del libro. La casualidad hizo que conociéramos a Rubén García de Andrés, recién elegido alcalde de Torrecaballeros, quien recogió el guante y, sin apenas conocernos, apostó por ser el anfitrión de la puesta de largo de la publicación. Con muchos nervios, los ejemplares llegaron el día anterior a la presentación, por la tarde. Se hizo una buena tirada, de la que aún quedan unos cuantos ejemplares y con la que hemos sufragado los estudios posteriores.

Presentación Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama

Comenzó la gira de presentaciones, hasta el día de hoy 101, repitiendo en algunos pueblos. Hemos aprendido mucho de cara a futuras promociones, sabemos dónde hay interés y apoyo y podemos hacernos una idea de los lugares donde ir. Han sido algunos los sinsabores por el esfuerzo realizado y poco el resultado y muchos los buenos momentos y el cariño recibido.

Una de las entidades (además del Ayuntamiento de Torrecaballeros) que ha hecho un esfuerzo por apoyar con la compra de libros este proyecto ha sido la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia, con su entonces vicepresidente Nicolás Herranz, la presidenta de la Comisión de Cultura María Teresa Llorente y su gerente Luis Asenjo. Hicieron una importante inversión teniendo en cuenta su presupuesto, cosa que no podemos decir de otras instituciones que manejan mucho más.

Fue en septiembre de hace tres años cuando, abrumados por la gente que quería contarnos más cosas, iniciamos la presente fase de estudio. La comenzamos en Basardilla, pueblo que nos ha acogido con gran cariño en varias ocasiones y allí descubrimos algo que no nos habían contado (ni enseñado) hasta el momento: la piedra reloj que indicaba cuándo cambiaba el turno de riego entre los pueblos de Brieva, Adrada y Basardilla. Es un ejemplo único (de momento que sepamos) en la provincia de Segovia. Con Vicenta y Faustino conocimos más detalles de las tradiciones y costumbres en Basardilla. Ayer dimos por finalizada (y esperamos que sea sólo por el momento) esta fase. Los resultados han sido muy positivos, mucho más de lo que nos esperamos: De las 30 horas que teníamos grabadas hemos pasado a más de 120, es decir, más de 90 horas más en tres años. Todo esto a pesar de no poder hacer una campaña continua, porque hemos dependido de las ventas del libro directamente relacionadas con las presentaciones y charlas.

Hemos pasado de 22 a 57 poblaciones / usuarios muestreados y de 7 a 25 sistemas de regadío tradicional recogidos. Durante este tiempo se nos han ido varios informantes cuyos testimonios pudimos recoger y otros tantos a los que no hemos llegado a tiempo. En los siguientes mapas, vemos la situación de partida y la actual. En rojo, los pueblos donde tenemos información oral (y en muchos casos escrita) y en verde los pueblos donde habría sido interesante llegar y no hemos podido. En algunos casos, en pueblos donde hemos recogido testimonios, sería interesante realizar alguna entrevista más.

Pueblos muestreados hasta septiembre de 2016

 

Pueblos y usuarios muestreados (septiembre 2019)

Hemos llevado la cultura del agua de nuestra vertiente a muchos pueblos del otro lado de la Sierra de Guadarrama, donde hemos tenido el apoyo inestimable, desde el primer momento, del Observatorio para la Conservación del Patrimonio de la Sierra de Guadarrama y muchas de las asociaciones que lo componen.  También lo hemos llevado más allá de nuestras fronteras, a Lisboa, en un Workshop sobre manejos históricos del agua en Europa. De los resultados de ese encuentro, en breve saldrá a la luz un libro en inglés editado por la prestigiosa editorial Springer. Las caceras segovianas tendrán un capítulo y no podemos estar más orgullosos.

Un trabajo «colateral» a este ha sido el trabajo de recuperación del patrimonio inmaterial del pueblo de Revenga, gracias a la persistencia de su alcalde Alfonso Nevado, donde pudimos recoger los testimonios de algunos vecinos, entre ellos el del último guardacacera de la cacera del acueducto de Segovia, Pedro Nogales y conocer, entre otras cosas, la gestión del agua y del soto del pueblo. Esto dio como resultado la publicación: «Revenga: paisaje y paisanaje», editado gracias a las subvenciones que tanto el Parque Natural como el Nacional, dan a las poblaciones incluidas dentro del área de influencia socioeconómica.

Durante este tiempo hemos comenzado a realizar actividades de recuperación de tramos de caceras mediante hacenderas, en un principio en nuestro pueblo, Cabanillas del Monte, con una participación creciente, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Torrecaballeros. Recientemente, con la colaboración de alumnos del Grado de Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma de Madrid, se ha realizado la limpieza de un tramo con bastantes pérdidas de la Cacera de San Medel en Torrecaballeros. Queremos continuar con esta labor de recuperación de caceras, bien a través de este tipo de acciones o de otros proyectos y es una de las líneas de trabajo futuro.

De limpieza con los alumnos de la UAM

Como hemos visto, el proyecto ha llamado la atención de Universidades y hemos tenido la visita de alumnos de la Facultad de Biología de la Universidad Complutense de Madrid, acompañados de varios de nuestros profesores más queridos de la carrera. En los tres años que nos llevan visitando, hemos podido mostrar la riqueza que generan las caceras y hablarles de la cultura del lino.

Mención aparte merece el apoyo recibido por el profesor José María Martín Civantos, de la Universidad de Granada, que ha contado con nosotros para participar en varios proyectos europeos (y alguno nacional) que lamentablemente no han podido salir adelante. Sin duda, sus ánimos son muy importantes para nosotros.

Durante el año 2018 y en alguna fecha del año 2019, hemos llevado por muchos pueblos la exposición «Gotas de recuerdos, caceras históricas, origen de vida» para la que aportamos muchas de las fotografías y material y que fue promovida por el Aula de Cultura Hontanar, a quien tenemos que agradecer el esfuerzo realizado. Precisamente esta exposición viajará a Portugal, a la Universidad del Algarve, en octubre, donde daremos una conferencia sobre las Comunidades de Aguas segovianas. Hemos de dar las gracias también al profesor Desiderio Luis Sares Batista por su invitación e interés en este proyecto, pues nos visitó el verano pasado para conocer algunos de estos sistemas de regadío tradicional.

Cartel con algunas de las exposiciones realizadas en el verano de 2018

Hemos puesto a las caceras en el centro del debate político, o por lo menos en los programas electorales de los partidos políticos en varios de los pueblos beneficiarios. Hace unos años esto era impensable. Y precisamente hemos estado en la lucha por la defensa de los derechos de los vecinos de los pueblos por el uso ancestral de las aguas del río Cambrones y de la cacera de Navalcaz. Un tema que sigue pendiente de resolución. Durante el verano del 2018 donamos parte de nuestras ventas para la defensa jurídica de la Noble Junta de Cabezuelas. Esperamos que la cordura al final se imponga.

Hoy día tenemos información para hacer monografías de muchas de las caceras estudiadas, pero todavía queda mucho por hacer. Habría que reforzar entrevistas en algunos pueblos, en unos sería posible, pero en otros quizás estaría ya complicado por la desaparición de la gente mayor. Uno de los temas que nos quedarán en el tintero para mejores tiempos es la del estudio del cultivo de la otra planta textil de la provincia: el cáñamo, también muy relacionada con el agua. Tenemos ya localizadas algunas personas y localidades donde poder investigar, pero lamentablemente no nos va a ser posible por la falta de fondos. Seguramente, con una financiación más estable, se podría llegar a más de 200 horas, con lo que eso significa de recuperación y salvaguarda del patrimonio inmaterial local y provincial.

De entrevista en San Cristóbal de Segovia

Después de todo este esfuerzo, toca «trampar el boquerón», es decir, tapar la entrada del agua en el linar o el prado y dejar que el agua pase al siguiente o siga su curso. Quizás si la implicación de algunas entidades hubiera sido mayor, todavía tendríamos la posibilidad de continuar. Ahora toca el ingente trabajo de transcribir todas estas conversaciones grabadas a lo largo de estos años, que nos llevará bastante tiempo e intentaremos seguir buscando financiación a través de conferencias y proyectos varios (además de las ventas de ejemplares del libro que aún quedan en stock).

Como veis no es, a priori, un adiós definitivo. Ojalá podamos comunicaros que continuamos con estas investigaciones, pero de momento no es posible. Lo único que podemos decir es que os estamos muy agradecidos a todos los que habéis contactado con nosotros para dar charlas o hacer las presentaciones, nos habéis ayudado a encontrar informantes, nos habéis pasado información y nos seguís desde el principio. Gran parte de este trabajo no habría sido posible sin vosotros. Nuevos retos, esperemos que relacionados con el agua, nos aguardan.

David y Mar

 

 

El cultivo del lino en la Sierra de Guadarrama: una cultura casi olvidada.

El cultivo del lino en la Sierra de Guadarrama es una parte de la cultura tradicional  desconocida para la mayoría de los habitantes actuales de muchos de nuestros pueblos. Sin embargo, fue uno de los grandes motores de la economía local durante muchos siglos. En algunos pueblos de la vertiente segoviana se mantuvo su cultivo hasta casi los años 60 del pasado siglo XX y aún hay personas que lo han llegado a cultivar. De hecho, en la mayor parte de los pueblos, a un lado y otro de la Sierra de Guadarrama, se conservan los topónimos de linares, en los que posteriormente se cultivaron patatas y legumbres.

Nosotros hemos tenido la enorme suerte de poder hablar y conversar con las últimas personas que guardan aún en su memoria el proceso de tratamiento de la fibra, nos han enseñado las herramientas, nos han explicado su cultivo y nos han enseñado multitud de labores hechas con esta fibra textil.

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Todo este conocimiento es el que vamos a transmitir en las charlas que vamos a dar durante este otoño, en principio, en tres lugares de ambas vertientes que nos han solicitado esta conferencia.

La primera parada va a ser en Galapagar, donde visitaremos de nuevo a los amigos del Club Clístenes, el próximo viernes 5 de octubre, a las 19:00 h. Allí, como en el resto de lugares que visitaremos, los asistentes podrán ver y tocar las distintas herramientas que llevaremos y que hemos ido recopilando, algunas de ellas donadas por nuestros informantes y diversas labores como costales o restos de sábanas. De forma muy didáctica se explica todo el proceso de cultivo y tratamiento de la fibra hasta llegar al producto final. Así que os animamos a asistir a las personas que estáis cerca si os interesa el tema.

LINO

Ya en el mes de noviembre y diciembre están cerradas dos conferencias más, en este caso en la vertiente segoviana, de cuyas fechas os daremos cuenta en este blog. Si alguien quiere contratar esta conferencia, podéis poneros en contacto con nosotros en el correo info@tenadadelmonte.es

 

 

 

Gotas de recuerdos: Caceras históricas, origen de vida

Durante este verano, vamos a recorrer diversos pueblos de la geografía segoviana con una exposición de fotografía titulada «Gotas de recuerdos: Caceras históricas, origen de vida». Promovida por el Aula de Cultura Hontanar, se trata de diversos paneles en los que, entre las diversas fotografías de varios autores, se mezcla el vocabulario y otros apuntes de las caceras que se hemos estudiado hasta el momento. La puesta de largo tuvo lugar en las Jornadas del Día Mundial del Agua celebradas en la Universidad de Valladolid y el Hotel San Antonio el Real de Segovia del 22 al 24 de marzo pasados y posteriormente pasó por el Centro Cultural de Torrecaballeros.

Detalle exposición en Torrecaballeros

Con esta exposición se quiere reivindicar los importantes valores culturales, históricos y medioambientales de las caceras y promover su mantenimiento, conservación y potenciación como elementos patrimoniales de primer orden.

Además de la citada exposición, se dará una conferencia sobre la cacera que abastece y riega cada uno de los pueblos anfitriones. Puede ser una actividad muy interesante ya que pretendemos que los más mayores de los pueblos participen también con sus conocimientos y vivencias alrededor del agua.

Caldera del Mojón Blanco

Tanto la exposición como la conferencia son gratuitas y se intentará obtener fondos para las investigaciones relacionadas con la cultura del agua a través de la venta del libro «Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama» del que somos autores. En la medida de nuestras posibilidades intentaremos seguir investigando y haciendo entrevistas a nuestros mayores.

Las fechas cerradas de la exposición y conferencia por el momento son las siguientes:

  • 19 al 22 de julio: Trescasas. La conferencia sobre la Cacera del Cambrones será el 19 de julio a las 19:30 h.
  • 26 al 29 de julio: Torreval. La conferencia será el sábado 28 a las 18:30 h en el Salón de actos del Ayuntamiento.
  • 30 de julio al 2 de agosto: Navafría. La conferencia será el jueves 2 de agosto a las 20:00 h en el Ayuntamiento.
  • 3 al 6 de agosto: Revenga. La conferencia tendrá lugar el viernes 3 de agosto a las 20:30 h en el Salón de actos del Ayuntamiento.
  • 7 al 9 de agosto: Torreiglesias. El 9 de agosto a las 19:30 h en el Ayuntamiento será la conferencia sobre la Cacera del río Viejo.
  • 10 al 12 de agosto: Galíndez. El 10 de agosto se inaugurará la exposición con la conferencia «Las caceras de Aldealengua» a las 20:00 h en la sede de la Asociación Galigalíndez.
  • 13 al 16 de agosto: Basardilla. El 16 de agosto a las 20:00 h hablaremos de la Cacera de San Medel y Basardilla. Será en el Centro Cultural de la localidad.
  • 17 al 20 de agosto: Collado Hermoso. El 17 de agosto, a las 19:00 h, en el Salón del Ayuntamiento, se inaugurará la exposición con la conferencia «Collado Hermoso y la Cacera del río Viejo».
  • 21 al 24 de agosto: Caballar. El 21 de agosto, a las 19:30 h, en La Panera (Ayuntamiento de Caballar) la conferencia «Caballar: agua, huertas y cultura» inaugurará la exposición.
  • 24-26 de agosto: Prádena.
  • 29 de agosto al 2 de septiembre: Prádena del Rincón. El domingo 2 de septiembre, a las 11:00 h en el Centro Cultural se clausurará la exposición con la presentación de nuestro proyecto de recuperación de saberes tradicionales vinculados al agua.
  • 7 al 9 de septiembre: Tabanera del Monte. El viernes 7, a las 20:00 h, se inaugura la exposición con la charla dedicada a la Cacera del Cambrones en el Centro Cultural. La exposición se podrá visitar además el sábado 8 y el domingo 9 de 12:00 a 14:00 h.
  • 14 al 16 de septiembre: La Lastrilla. El viernes 14 a las 20:00 h, en el Centro Cultural 3 de Abril, daremos una conferencia sobre la Cacera del Cambrones. El día 15, sábado, a las 10:00 h, desde Los Regajales, se iniciará una ruta por la Cacera de La Lastrilla.
  • 19 de octubre al 2 de noviembre: Real Casa de la Moneda de Segovia (locales de la IE University). El 19 de octubre se inaugurará con un par de conferencias, una de ellas titulada «El agua y Segovia». Se dará el pistoletazo de salida al Curso del Aula de Cultura Hontanar.

Cacera Gallegos-Martincano

 

La exposición tiene intención de seguir creciendo y continuar visitando más localidades, a un lado y otro de la Sierra de Guadarrama, por lo que estamos abiertos a nuevas incorporaciones. Para cualquier duda o consulta podéis escribir a info@tenadadelmonte.es

 

 

Y esta primavera… el agua se salió de madre

Hace unos días hablando con una responsable política salió a colación la reducción de los apoyos en los estudios sobre Segovia tras la desaparición de la Obra Social de Caja Segovia. Recordamos cómo antes de la crisis existían multitud de convocatorias para realizar estudios de muy diversas temáticas: Becas de Investigación, Becas de Medio Ambiente… Casi todos los segovianos tenemos en nuestras casas una amplia colección de publicaciones editadas por la Obra Social. Además, se realizaban multitud de programas educativos para escolares por muchos puntos de la provincia, los famosos «Itinerarios con Encanto», que nosotros tuvimos la suerte de ejecutar durante varios años con bastante éxito.

Hoy se echa mucho de menos aquella efervescencia de actividades: exposiciones, ciclos de conferencias, excursiones, tertulias, presentaciones de libros… La «competencia» se quedó con muchos de sus clientes pero no con aquella filosofía de promover el estudio del terruño apoyando a los investigadores locales y la dinamización cultural del medio rural. Una lástima…

Alguno de esos estudios que fueron premiados, (en este caso va a cumplir este mes de junio 14 años), sigue vivo hoy día y con total vigencia. Comenzó, en principio, con la pretensión de poner en valor los recorridos e importante función medioambiental de cinco caceras de la provincia de Segovia. En ella esbozábamos también la interesante cultura asociada al agua en nuestros pueblos serranos. Su título: «Caceras de la provincia de Segovia: un recorrido por la tradición».

Diez años separan estas dos informaciones

Tras la publicación de aquel libro, muchas personas se pusieron en contacto con nosotros para que fuéramos a visitarles y contarnos muchas cosas alrededor del agua en sus pueblos. Poco a poco, muy poco a poco, en los momentos en los que nuestro trabajo nos permitía, fuimos investigando y haciendo entrevistas a la última generación que vio estos sistemas en pleno funcionamiento, descubrimos el cultivo del lino de la mano de las últimas personas que lo cultivaron en la provincia, nos enseñaron herramientas y recopilamos muchísima información documental histórica acerca de usos y costumbres del agua, agricultura y ganadería. Llegó también un proyecto de Cooperación Interterritorial «Caminos de Agua y Biodiversidad: modelo de Desarrollo Sostenible del Medio Rural» financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, que se quedó en el primer año por falta de financiación posterior (la famosa «desaceleración económica») y una nueva beca de Caja Segovia con el título «Proyecto Charcas: microrreservas de anfibios y su utilidad para la educación ambiental», centrada en el estudio de las especies de anfibios que se reproducen en las antiguas pozas de lino.

La economía cayó en picado, pero no por ello nos desanimamos ni dejamos de investigar y buscar maneras de continuar. Fueron varias las administraciones y entidades donde buscamos financiación y en ninguna tuvieron a bien apoyar el proyecto.  ¿Dónde termina la persistencia y empieza la cabezonería? No lo sabemos, pero decidimos que si nadie quería apoyarlo, tendríamos que ser nosotros los que lo sacaríamos adelante. Y fuimos ahorrando poco a poco para poder editar un libro, hecho a nuestro gusto para, una vez amortizado, poder conseguir fondos para seguir investigando. Así, en diciembre del 2015, salió a la luz «Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama». La verdad es que no teníamos lugar donde presentarlo y fue Rubén García de Andrés, alcalde de Torrecaballeros, el que se ofreció a que fuera en el pueblo donde se hiciera oficial esta edición.

Creamos nuestra página de facebook «Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama» (de la que muchos sois seguidores) en la que no sólo hablamos de presentaciones o  de cómo va nuestro proyecto, si no también difundimos los valores de la cultura tradicional del agua y de denuncia o preocupación por los intentos de acabar con las caceras segovianas.

Y desde entonces (a día de hoy) han sido 67 las presentaciones que hemos realizado. Gracias a lo que hemos obtenido vendiendo libros, hemos podido hacer otras 21 entrevistas en audio (y ahora también en vídeo) y tenemos esperando a 23 personas para ser entrevistadas. Es un trabajo urgente el poder obtener sus testimonios, porque esa generación está desapareciendo rápidamente. Cuando vuelves a un pueblo en el que has tenido informantes para presentar el libro y esperas encontrarte con ellos para saludarles y te dicen que han fallecido, entra un gran pesar. Esta segunda fase la llamamos «Recuperando la memoria del agua»

En este tiempo se ha pasado a la acción, promoviendo y coordinando distintas hacenderas en Cabanillas y en Torrecaballeros. Tan interesante es rescatar los conocimientos, como recuperar las infraestructuras.

Hacendera en Cabanillas

Un punto importante en estos años ha sido tomar contacto con la Universidad de Granada y el profesor José María Martín Civantos, coordinador del proyecto MEMOLA que se ha encargado, entre otras cosas, de la recuperación de varias acequias en Sierra Nevada y con el que estamos intentamos colaborar en temas similares en la Sierra de Guadarrama. Para nosotros es un gran apoyo para seguir investigando por los ánimos que nos da y las ideas que nos aporta. Otro hito es que se hayan fijado en este trabajo nuestros profesores del Departamento de Ecología de la Facultad de Biología de la Complutense para tratarlo en algunas asignaturas y además realizar prácticas de campo con los alumnos.

Prácticas de campo con alumnos de biológicas en la Cacera del Cambrones

Este estudio también se ha internacionalizado con la asistencia a un Congreso Internacional sobre Usos Históricos del agua en Lisboa y del que se está elaborando una publicación en inglés. El enfoque dado al estudio sobre caceras segovianas llamó mucho la atención y se están estableciendo contactos y alianzas con alguna que otra universidad portuguesa.

También hemos pasado a la vertiente sur de Guadarrama, con el apoyo que hemos tenido siempre del Observatorio para la Conservación del Patrimonio de la Sierra de Guadarrama  y otras entidades que han visto el interés de este estudio.

Y este invierno y recién iniciada primavera, al igual que nuestros cauces, el proyecto se «ha salido de madre», es decir, se ha desbordado. Las reivindicaciones que hemos realizado en papel y en nuestras charlas se han trasladado a la opinión pública debido a decisiones que delatan la nula concienciación, intereses creados y falta de sensibilidad de aquellos que tienen el deber de hacer que el agua sea para todos y que se respeten los usos tradicionales que han generado paisajes, ecosistemas y que son, además, ejemplos fehacientes de una cultura muy arraigada que ha ido en beneficio del medio ambiente. Estas decisiones nos han hecho tomar partido para evitar la desaparición de estas importantes muestras de patrimonio cultural material e inmaterial.

Cacera del Cambrones

A la vez, hemos comenzado, gracias al Aula de Cultura Hontanar, la creación de una muestra fotográfica de los valores ambientales, culturales e históricos de las caceras. Una exposición fotográfica cuya primera parada ha sido, cómo no, Torrecaballeros. Esta exposición está abierta a todos aquellos colectivos o Ayuntamientos que lo soliciten y estamos ya cerrando fechas con algunos Ayuntamientos interesados.

Exposición en Torrecaballeros

Y no dejamos de investigar ni de recibir peticiones para «ser investigados». Lo urgente de la tarea, por lo dicho antes, de la desaparición a marchas forzadas de la última generación que utilizó a pleno rendimiento estas caceras y la falta de presupuesto (nadie se hace rico, salvo excepciones, escribiendo libros) ha hecho que hayamos iniciado en la vertiente madrileña un proyecto colaborativo de investigación de la cultura del agua. En la vertiente segoviana intentaremos cumplir con las peticiones  que tenemos (23 hasta el momento). Arcones, La Higuera, Tizneros, Valle de San Pedro, Navafría, La Salceda, Carrascal de La Cuesta, Ortigosa, Palazuelos, o Bernuy, son algunos de los lugares  de nuestra geografía donde tenemos previsto llegar en algún momento de este año para recoger testimonios.

Este proyecto colaborativo pretende que sean las personas que viven en los pueblos de la vertiente madrileña los que puedan colaborar de una forma activa en el estudio haciendo entrevistas a las personas mayores dentro de las posibilidades de cada uno. Nosotros coordinaremos y asesoraremos en las dudas que pudieran surgir y recopilaremos la información que se vaya mandando (archivos de audio,vídeo, fotográfico,documental…) y hacer en unos meses una reunión para ver y compartir experiencias. A la gente interesada le mandaremos el modelo de entrevista que tenemos elaborada (y que se puede adecuar a las características de cada pueblo) y luego según vayan obteniendo información y haciendo entrevistas se nos van enviando. Que sea la propia gente de las poblaciones la que recopile la información hará que no se pierda y también funcionará de vínculo afectivo con el medio y cultura local. De momento ya tenemos algunas personas que van a realizar esta labor en algunos puntos de la vertiente sur del Guadarrama.

Cacera en el Soto de Revenga

Este trabajo, si se mira entre líneas, no sólo intenta recuperar los conocimientos culturales tradicionales de nuestros mayores, también sirve para conocer cómo se gestionaba el territorio y cómo deberíamos gestionarlo si queremos conservarlo, más aún si gran parte del territorio está incluido en varias figuras de protección ambiental de índole europea, nacional y autonómica. La pérdida de estos usos supone la pérdida de paisajes y especies de flora y fauna.

Mientras tanto, en la medida de lo posible, seguiremos recorriendo la geografía serrana (y no serrana) hablando de caceras y cultura tradicional del agua. Son algunas conferencias ya las que hemos dado y algunas más que nos quedan en distintos foros. Una ardua tarea que creemos va teniendo sus frutos y que los seguirá teniendo. Nos queda mucha cuerda.

En Galíndez

Piedras (y lugares) con historia II

En otra entrada, titulada «Piedras con historia» hablábamos de los lugares de reunión de tres Comunidades de Aguas. En esta ocasión, tratamos de otras piedras y lugares que han sido importantes en la cultura inmaterial del agua.

Comenzamos con un par de piedras y promontorios rocosos cuyo nombre llama la atención. Se trata de la «Piedra de la Borrachera» en Basardilla y las «Peñas Borracheras» en Revenga. Ambas forman parte de la faceta festiva que al fin y al cabo era la limpieza de la cacera.

Quienes hayan leído nuestro libro «Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama», sabrán que el día de la limpieza del caz de Basardilla se denominaba «el día de la borrachera», por lo que ocurría tras la limpieza. Los hombres bajaban limpiando la cacera hasta que llegaban a la citada piedra. Allí les esperaba el alguacil con la merienda de cada uno y con una buena cantidad de vino por cabeza a cuenta del Ayuntamiento, como contraprestación al trabajo realizado. No hay que decir, por tanto, de dónde le viene el nombre a dicha piedra. Digamos que la fiesta se animaba y, por tanto, ya no se trabajaba por la tarde.

Piedra de la Borrachera

Con el nombre de Peñas Borracheras se conoce a un pequeño promontorio rocoso situado en el Soto de Revenga. El día de la limpieza de las «caceras de abajo», es decir, las caceras situadas por debajo del pueblo y que riegan el soto, se hacían distintos grupos para ir limpiando los tres ramales principales y en esas piedras finalizaban la tarea. El alguacil del pueblo les esperaba con el vino y terminaban igual de animados que los de Basardilla.

Peñas Borracheras

No salimos de Revenga para hablar del lugar donde se celebraba la comida-merienda del día de las «caceras de arriba), es decir, la limpieza del canal madre desde la toma en el río Acebeda hasta el pueblo. Los grupos terminaban reuniéndose en el lugar denominado «Los Comederos», una pequeña pradera situada en las cercanías del río Acebeda. Tal vez el nombre del lugar venga de esa tradición. Ese día también había vino y buen humor.

Asociado también a estos días de trabajo (y fiesta) que eran las jornadas de limpieza comunal de la cacera de los pueblos, está un majestuoso roble en la dehesa de Collado Hermoso. Se trata del «Árbol de las Regaderas». El 25 de junio, tras la limpieza del caz, los vecinos participantes y sus familias celebraban la fiesta del agua, merendando todos juntos bajo ese árbol y otros tantos de gran porte. Después, incluso había baile. Tras años de abandono de esta tradición, la asociación del pueblo ha señalizado el árbol y ha comenzado a recuperar la reunión bajo este testigo mudo de siglos de risas y fiestas en honor al agua.

Árbol de las Regaderas

Otros tres árboles, hoy desaparecidos, dan nombre a otros puntos de reunión en la Cacera del río Viejo. Se trata de los lugares denominados «El Peral»«Los Robles» y «El Robledón», que daban nombre a otras tantas Juntas del Agua. El  lugar de Los Robles estaba situado en término de Pelayos y era donde se juntaban los pueblos de Tierra de Segovia de la Cacera del río Viejo, (la llamada Junta del Roble).  El Peral, lugar donde se reunían Torreiglesias, Carrascal, La Cuesta y sus barrios, Tenzuela, Santo Domingo y Losana estaba en término de Berrocal (la Junta del Peral). En unas ordenanzas entre Torreiglesias y Carrascal se habla de la Junta del Robledón, que posteriormente pasó a llamarse Junta del Terrero situado en término de Carrascal y donde se reunían los vecinos de ambos pueblos para tratar los temas referentes al agua.

Otra piedra interesante y que estamos pendientes de poder localizar (aunque sabemos el área donde estaba ubicada) es la Cruz de Collado, en Galíndez, en la que había grabada una cruz. Esta piedra separaba la zona de linares de la de prados y aparece en las ordenanzas del siglo XVI. Lamentablemente, la persona que nos podría haber indicado su ubicación exacta falleció hace unos tres años y cuando le entrevistamos no pudimos acercarnos a verla.

La última piedra de la que hablaremos en esta entrada es el Mojón Blanco (citada en ordenanzas del siglo XV) y que, además de ser uno de los mojones que limitaban los términos municipales de Sotosalbos y La Cuesta, daba nombre a una de las zonas de reparto de la Cacera del río Viejo: la Caldera del Mojón Blanco. Ésta separaba las aguas que le correspondían a Santo Domingo de Pirón de las de Tenzuela, Las Navas y Losana. El nombre le viene dado porque es un filón de cuarzo y destaca del resto de las rocas del entorno. Aún hoy es posible verla junto a la cacera, en el lugar donde ha estado desde tiempos inmemoriales.

Mojón Blanco

 

Un año de reivindicación de las caceras

Cuando el pasado diciembre de 2015 decidimos lanzarnos y publicar un libro que resumiera las investigaciones hechas durante 10 años, por nuestra cuenta y riesgo, sin ayuda de ningún tipo y además creando nuestro propio sello editorial, al que llamamos “Conocer para conservar”, quizás no éramos conscientes de dónde nos estábamos metiendo.

Si de algo estamos orgullosos es de la acogida por parte de la gente de los pueblos y del público en general. Estamos consiguiendo que se vaya formando una conciencia hacia la conservación y también hacia la recuperación de algunas de estas caceras, cuya particularidad es que son compartidas entre varios pueblos, algunas entre 16 localidades.

Los Departamentos de Ecología de las Facultades de Biología de la Universidad Complutense y de la Autónoma se han mostrado interesados en el estudio y nuestro trabajo e incluso el próximo año 2017 realizarán una práctica de campo sobre él. Asimismo estamos en contacto también con el proyecto europeo MEMOLA (Mediterranean Mountainous Landscapes en inglés o Paisajes montañosos mediterráneos, en castellano), dirigidos por la Universidad de Granada y que, entre otras muchas acciones, están recuperando acequias en Sierra Nevada y otros puntos del sur del continente europeo. También ha llamado la atención de Iniciativas Comunales, que reúne a más de 200 entidades que luchan por la defensa y el reconocimiento de los usos comunales y las áreas conservadas por Comunidades Locales en España. Se están buscando maneras de colaborar con algunas de estas instituciones y programas para poder trabajar en red e intercambiar información y metodología de trabajo.

A lo largo de este año hemos realizado 38 presentaciones, con cerca de 3000 Km recorridos, a un lado y al otro de la Sierra de Guadarrama, un periplo con un balance positivo. Alguien nos dijo que es un trabajo de profundidad, que poco a poco penetraría entre la gente. Y es algo que está ocurriendo, cosa que nos hace muy felices.

Cacera en Cabanillas del Monte

Cacera en Cabanillas del Monte

Como ya comentamos en otra ocasión, en las presentaciones algunas personas nos animan a seguir tirando del hilo, nos llaman para cedernos documentación, nos dicen quién nos puede dar más información o incluso nos han donado material. Además, han sido varios los pueblos que se han ofrecido a darnos documentación sobre sus caceras para una futura continuación del trabajo. Esto, unido al fallecimiento de algunos de nuestros informantes en menos de un año, hizo que nos planteáramos seriamente continuar la investigación. Se nos está yendo la última generación que conoció estos sistemas en pleno funcionamiento, además de conservar multitud de conocimientos que deben ser recopilados a la mayor brevedad posible. Lo más urgente es recopilar los testimonios de las personas mayores, que ahora rondan los 80-90 años y que, si no nos damos prisa, en dos años la mayor parte habrá desaparecido. De hecho, la tercera parte de nuestros informantes que han participado en este libro han fallecido. Además de grabar las entrevistas en audio, como en nuestra anterior investigación, también la estamos haciendo en vídeo, por lo que será también un proyecto videográfico.

Se va a financiar con las ventas del libro, por lo que estamos muy agradecidos a todas las personas e instituciones que con la compra de ejemplares  han apoyado este proyecto de recuperación de nuestra memoria. Esperamos que alguna más se anime y con ello podamos dar un buen empujón a esta apasionante segunda parte de recuperación de saberes tradicionales.

Cacera de Revenga

Cacera de Revenga

Hasta ahora, con los recursos que ha generado el libro, hemos investigado en otros cuatro pueblos. En las nuevas entrevistas e investigaciones se nos están aportando datos nuevos y curiosos, como una piedra-reloj en Basardilla, que servía para señalar el momento en el que el pueblo debía tomar el agua, toponimia relacionada con las tradiciones de la limpieza de la cacera, nuevas labores caseras realizadas con el lino, más “libros de barrio”, donde se anotaban los sorteos del agua, quién regaba, las multas por no asistir a las caceras y muchos otros conocimientos que no habían sido recogidos hasta el momento.

Para difundir este proyecto estamos utilizando las Redes Sociales, principalmente la página de facebook https://www.facebook.com/ecosdelaguaenlasierradeguadarrama/ en la que vamos colgando vídeos y fotografías relacionadas con las investigaciones.

Tras las entrevistas a personas de La Salceda, Basardilla, Galíndez y Revenga, nuestros pasos irán hacia Navas de Riofrío, La Losa y Ortigosa. Recientemente se nos ha abierto la posibilidad de investigar la cacera de regantes del barrio de San Lorenzo. Además, tenemos en cartera la entrevista a varias personas en Carrascal de La Cuesta, La Salceda, Valle de San Pedro, Torreval de San Pedro y Navafría. Para nosotros es un reto poder llegar a toda esta gente y recuperar todos sus conocimientos. Además, tenemos pendiente la visita a algunos Ayuntamientos donde nos han comentado la existencia de nueva documentación. En definitiva, es un trabajo ingente el que tenemos por delante. Hemos editado un vídeo promocional que se puede encontrar en youtube con el título “Recuperando la memoria del agua”, para promocionar la segunda fase de nuestro proyecto https://www.youtube.com/watch?v=HkEIGO6Ac2Y

 

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Pedro Nogales, último guarda de la Cacera del Acueducto

Para el 2017 tenemos previsto realizar rutas de senderismo interpretativas para dar a conocer algunas caceras y paisajes vinculados a las mismas y que servirán, además para obtener fondos para las investigaciones. También seguimos abiertos a presentar el libro en aquellos lugares en los que hasta ahora no ha sido posible hacerlo, a un lado y a otro de la Sierra de Guadarrama. Ya tenemos alguna propuesta que intentaremos cerrar en breve.

También pretendemos llegar poco a poco a los distintos centros educativos de los pueblos de la Sierra de Guadarrama para que conozcan sus raíces y su entorno, lo valoren y lo respeten, creando programas educativos alrededor de sus caceras. Para ello es fundamental la participación de las distintas AMPAS, con las que intentaremos ponernos en contacto. Ellas también pueden hacerlo con nosotros a través de nuestra página web o correo electrónico.

Cacera del arroyo Truchas

Cacera del arroyo Truchas

Nuestro objetivo final, además de recuperar los conocimientos relacionados con el agua en nuestra querida Sierra de Guadarrama, es el de volver a ver correr el agua por lugares por los que hace años que no lo hace. La recuperación de estas caceras debería ser prioritaria por parte, tanto de los vecinos de los pueblos como por parte de las Administraciones competentes, más aún teniendo en cuenta que los territorios por donde discurren forman parte en su mayoría del Parque Nacional y Natural Sierra de Guadarrama. Una manera lógica de gestionar esos ecosistemas protegidos es mediante las prácticas tradicionales que los han originado. La pérdida de caceras está produciendo la pérdida de diversidad.

Aprender de nuestros mayores charlando con ellos no tiene precio. Como decimos en el libro “El agua nos habla, sólo hay que saber escuchar”, y nuestra intención es seguir haciéndolo.

Recuperando la memoria del agua: nuevo proyecto, nuevas ilusiones

Cuando el pasado mes de diciembre presentamos nuestro libro «Ecos del agua en la Sierra de Guadarrama», no pensábamos que iba a tener la repercusión que está teniendo en algunos pueblos en cuanto a remover la conciencia de recuperar, por un lado, la memoria de las caceras y, por otro, la de las infraestructuras en sí.

El libro no es un «best seller» – tampoco nació con esa idea- pero para tratarse de nuestra primera apuesta en el mundo editorial (una idea romántica para expresar nuestras inquietudes actuales y futuras), creemos que está funcionando bien, más aún cuando no disponemos de una maquinaria mediática detrás y llegar a la gente es más complicado.

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Por eso viene nuestra sorpresa-alegría cuando en las presentaciones algunas personas nos animan a seguir tirando del hilo, nos llaman para cedernos documentación, nos dicen quién nos puede dar más información o incluso nos han donado material. Algunos asistentes nos han confesado que habían comprado varios ejemplares para regalo, porque consideran que es un libro de mucho interés. Además, han sido varios los pueblos que se han ofrecido a darnos documentación sobre sus caceras para una futura continuación del trabajo. También nos ha alegrado el interés que ha suscitado el libro en algunos departamentos universitarios por «su interés y forma de tratar el tema». Y que este trabajo se valore, nos llena de «orgullo y satisfacción». Esto, unido al fallecimiento de algunos de nuestros informantes en menos de un año, ha hecho que nos planteemos seriamente continuar la investigación. Se nos está yendo la última generación que conoció estos sistemas en pleno funcionamiento, además de conservar multitud de conocimientos que deben ser recopilados a la mayor brevedad posible.

Presentación en Galíndez

Presentación en Galíndez

¿Y en qué va a consistir esta nueva fase de investigación? Lo más urgente es recopilar los testimonios de las personas mayores, que ahora rondan los 80-90 años y que, si no nos damos prisa, en dos años las mayor parte habrá desaparecido. Además de grabar las entrevistas en audio, como en nuestra anterior investigación, también la haremos en vídeo, para que haya también constancia visual, por lo que será también un proyecto videográfico. Se combinará con un trabajo documental (aunque en esta primera fase pasará a un segundo plano) de búsqueda en archivos municipales y en algunos privados. De hecho, ya disponemos de nueva documentación que nos han ido proporcionando algunas personas.

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Al igual que con el anterior trabajo, nuestra mayor limitación va a ser la presupuestaria, pues dependerá de las ventas que hagamos del libro, ya que las ayudas existentes no cubren los gastos y tiempo que se necesitan para un trabajo de esta envergadura, más aún cuando algunos de nuestros objetivos están al otro lado de la Sierra. Por eso hemos hecho una gira ambiciosa, en primer lugar para recuperar la inversión realizada y, en segundo lugar, para obtener fondos para este nuevo estudio. Con cada venta de un ejemplar estamos más cerca de poder comenzar la investigación.

 

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Estamos abiertos a seguir presentando el libro en aquellos lugares en los que hasta ahora no ha sido posible hacerlo, de hecho este otoño tenemos algunas prácticamente cerradas, pero si algún lector de este blog quiere o cree que pueda haber alguna asociación, colectivo, municipio interesados, nos lo puede proponer en el siguiente correo: info@tenadadelmonte.es

En el siguiente enlace podéis leer uno de los capítulos de nuestro libro https://www.tenadadelmonte.es/editorial/

Estamos muy agradecidos a todas las personas e instituciones que con la compra de ejemplares  han apoyado este proyecto de recuperación de nuestra memoria. Esperamos que alguna más se anime y con ello podamos dar el pistoletazo de salida a esta apasionante segunda parte de recuperación de saberes tradicionales. Nos encantaría dar esa noticia.

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